De donde se marchó años atrás, ante la dificultad del mercado alemán. Ahora está preparando la vuelta, a Francfort, pero sólo con la idea de abrir una oficina para acompañar a sus clientes y hacer algo de banca corporativa.  

Los bancos europeos se han convencido de que no es posible crecer orgánicamente en otros mercados. Por eso, cuando salen al extranjero compran entidades ya instaladas.