Con ello mejora su solvencia pero aporta menos a la economía. Convertir las convertibles: fundamental para asegurar el coeficiente de solvencia 'ortodoxo'. Beneficio 'indiano' para un banco que se pretende global.
¡Oh, los mercados! Tanto en la acepción de atacados de convulsiones como en la de hallarse muy excitados, la imagen, es de suponer que coyuntural, de unos mercados "convulsos" nos ayuda a encajar que los beneficios del BBVA hayan bajado sólo un -29,5% (tercer trimestre del 2011, frente al tercer trimestre del 2010)."Un incidente, una nimiedad, señora marquesa", que diría Sacha Distel (¿O fue el gobernador MAFO?). Hay que interpretar que, si los mercados hubieran estado "sinvulsos", les habría ido mucho mejor, porque los del BBVA son muuuuy buenos: del Bilbao, del Vizcaya, de Argentaria y todos dirigidos por un sagaz gallego oriundo de Argentaria (o al revés) habilitado de banquero 'honoris causa' porque pasaba por allí cuando lo del arrebato de Rato, es decir, cuando decide arrebatar a los nacionalistas la gestión del emporio del que a su vez se habían apoderado.
En cualquier caso, al cierre de septiembre 2011 BBVA utiliza pasivos ajenos por un importe de 544.569 millones de euros ( 3,7%), con un "core capital" o recursos propios fetén de 29.628 millones de euros ( 18,7%); es decir, su cifra de balance tenía un apalancamiento de 18,3 veces los recursos propios. Ello equivale a un coeficiente de garantía del 5,4%, que queda a 24.800 millones de euros por debajo del nivel ortodoxo, lo que supone casi duplicar los actuales. En este frente, las "convertibles" pueden contribuir con casi la mitad de la mitad necesitada cuando pasen a ser "convertidas".
A la misma fecha, su activo total era de 557.761 millones de euros (-4,5%, unos 26.500 millones de euros), descenso que indica que, en BBVA, han adoptado parcialmente la otra vía por la que también se puede llegar a la ortodoxia en garantía: reducir sus activos hasta en unos 248.000 millones de euros. Es quizá la tribu de los jíbaros la que ha llevado la vía reduccionista a su máxima expresión (o mínima según se mire), pero no parece buen camino para un banco que necesita aumentar su activo rentable para poder generar beneficios y cumplir con su función al servicio de la economía.
Por otra parte, la hipótesis de que quizá pudiera existir un problema en el sector inmobiliario español y que este sector no pudiera atender todos los pagos bancarios de sus créditos sigue enfrentando a los ejecutivos de la creatividad contable y a los pobres mercados convulsos (quizá lo de los 'vulsos' tenga relación con ésta muda polémica), no debería extrañar una caída de la cotización, tan meritoriamente cuidada por sus veladores. Así, el valor en Bolsa de BBVA, es de 29.912 millones (-19,4% respecto de un año antes) y equivale a su "core capital" y a tan sólo el 5,3% del valor en libros de su activo total, niveles de estima muy inferiores a los del año pasado.
En cuanto a otros datos significativos, mencionemos que las comisiones aumentan en 2,5 puntos y ascienden ya casi al 25% del margen bruto; que el ratio de eficiencia ha empeorado desde 41,6% hasta 48,5% (los gastos de explotación son ya casi la mitad del margen bruto), que el beneficio acumulado es de 3.143 millones de euros (-14,3%) y, si repite nivel en el cuarto trimestre, llegaría a los 4.190 millones de euros, sólo un -11% inferior al del año pasado y que el ROE o rentabilidad obtenida a sus recursos propios es del 14%, un nivel aceptable para el fuerte apalancamiento de la entidad.
El BBVA quisiera ser global y liga con otros bancos de Turquía y de China para aspirar a ser alguien en mercados emergentes, pero su beneficio es indiano en un 101%, o sea obtenido en España, México y América del Sur; dicho sea lo de indiano con el mayor aprecio por una figura tan representativa de la historia española.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com