Ofensiva sajona (norteamericana y alemana) para destacar la debilidad del sistema bancario español

Los alemanes sienten verdadera obsesión anti-española, por el descuento con el que cotizan sus inversiones en títulos, especialmente los emitidos por cajas de ahorros. El intento del Banco de España es que ninguna entidad, por pequeña que sea, entre en crisis, no se vaya a producir un efecto dominó, ahora conocido como "efecto Martinsa"

Es la consigna que corre por el sistema bancario español desde la autoridad supervisora: ningún banco, ninguna caja de ahorros, por pequeña que sea, debe entrar en crisis.

El pasado martes, Wall Street Journal (pieza clave del entramado financiero norteamericano) anunciaba, sin decir exactamente por qué, que el próximo sistema en verse afectado sería el español. Olvidaba el prestigioso rotativo estadounidense lo mismo que en su momento olvidó el Financial Times: que los bancos y cajas españolas son más solventes y rentables que los de su entorno.

En cualquier caso, el Banco de España está dispuesto a que, por nada del mundo, se produzca una crisis, ni aún en la más diminuta caja rural o, como antes se decía, "ni en la Caja de Ahorros de Pollensa". Teme un efecto dominó, ahora conocido como Efecto Martinsa. Por cierto que, hablando de Fernando Martín, cunde en la City, aun en periodo estival, la convicción de que la decisión de dejar caer a Martinsa-Fadesa fue un error.

Como ya hemos dicho, para evitar cualquier tropiezo, el supervisor está haciendo de todo. Permitir ciertos "eufemismos contables", como el de disfrazar fallidos como minusvalías de inversión, forzar fusiones, intentar la transformación de cajas en bancos, reducir posiciones industriales, aumentar el coeficiente de recursos propios o reducir la obra benéfico-social.

Pero la presión ambiente más poderosa llega desde los intermediarios alemanes, los grandes inversores en títulos emitidos por las cajas de ahorros españolas, que cotizan hoy con un descuento bastante impresionante. Son ellos los que expanden los peores rumores sobre el cáncer oculto de la banca española y, desde luego, los que han paralizado cualquier inversión en títulos emitidos por el sistema bancario español.