Por justicia, por derecho, pero también por interés electoral El alcalde de Calviá lo tiene claro: el PP debe de soltar lastre de los nacionalistas. Lo dice ahora, pero lo decía cuando el PP gobernaba con el apoyo de Unió Mallorquina. Ya entonces defendió la necesidad de liberarse de la tiranía de Unió Mallorquina, señaló en Intereconomía este lunes. Tras las últimas elecciones autonómicas, la fidelidad de UM quedó en entredicho tras su alianza con el llamado Pacto del Progreso que dejó fuera al PP del Gobierno. Han investigado a todo el equipo de UM menos a su presidenta, Mª Antonia Munar; yo no tengo datos, pero suena muy raro.
Tras las elecciones municipales, Delgado gana la alcaldía de Calviá, uno de los municipios más importantes de Baleares con 53.000 habitantes de derecho, más de 60.000 camas turísticas y una población flotante de 200.000 personas. Con esa fuerza inicia su batalla por la defensa de la libertad de elección lingüística en las escuelas. Lo primero que hace es encargar una encuesta en la que el resultado es que el 92% de los votantes del PP apuestan por la libre educación. La presidenta del PP, Rosa Estarás, decide no hacerle caso. Así que lanza un manifiesto seguido por 5.000 personas en 15 días, que en Baleares son muchas. Estarás le sigue ninguneando.
Así que finalmente se presentó al congreso regional como candidatura independiente y ajena a la estructura del partido. Lo hice como pude y un mes antes del congreso y aún así logré el apoyo del 34% de los compromisarios, señala. Finalmente el Congreso apoyó un ambiguo bilingüísmo integrador. Pero el problema sigue encima de la mesa: el 90% de los colegios de Balares ofrecen el 100% de sus clases en catalán.
Y eso es incompatible con la defensa de los derechos y libertades que formuló Aznar el pasado lunes en los cursos de FAES. Por eso, Delgado defiende que la libre elección es un tema de justicia. Pero también electoral. En su opinión, hasta que el PP no se sacuda los complejos nacionalistas y no abandere la libre elección no será una fuerza creíble y no ganará las elecciones. No podemos seguir maltratando a nuestro electorado más tiempo, concluye. Se le entiende todo.
Tras las elecciones municipales, Delgado gana la alcaldía de Calviá, uno de los municipios más importantes de Baleares con 53.000 habitantes de derecho, más de 60.000 camas turísticas y una población flotante de 200.000 personas. Con esa fuerza inicia su batalla por la defensa de la libertad de elección lingüística en las escuelas. Lo primero que hace es encargar una encuesta en la que el resultado es que el 92% de los votantes del PP apuestan por la libre educación. La presidenta del PP, Rosa Estarás, decide no hacerle caso. Así que lanza un manifiesto seguido por 5.000 personas en 15 días, que en Baleares son muchas. Estarás le sigue ninguneando.
Así que finalmente se presentó al congreso regional como candidatura independiente y ajena a la estructura del partido. Lo hice como pude y un mes antes del congreso y aún así logré el apoyo del 34% de los compromisarios, señala. Finalmente el Congreso apoyó un ambiguo bilingüísmo integrador. Pero el problema sigue encima de la mesa: el 90% de los colegios de Balares ofrecen el 100% de sus clases en catalán.
Y eso es incompatible con la defensa de los derechos y libertades que formuló Aznar el pasado lunes en los cursos de FAES. Por eso, Delgado defiende que la libre elección es un tema de justicia. Pero también electoral. En su opinión, hasta que el PP no se sacuda los complejos nacionalistas y no abandere la libre elección no será una fuerza creíble y no ganará las elecciones. No podemos seguir maltratando a nuestro electorado más tiempo, concluye. Se le entiende todo.