Sr. Director:
Mi pésame a los familiares de Carlos Sáenz  y Diego Salva, asesinados por ETA, y mi solidaridad con los damnificados en el atentado a la casa cuartel de Burgos.

No puedo entender que alguien que atente contra niños, o mate a sangre fría, pueda considerarse humano. Y cualquier derecho que pueda invocar para cometer esas barbaridades tampoco es humano.

Nadie tiene derecho a asesinar para imponer sus ideas políticas. En su reciente encíclica social, Benedicto XVI dice: mientras se reivindican presuntos derechos de carácter arbitrario, hay derechos esenciales que se ignoran y violan. Por ello me gustaría recordar a la sociedad española en general, y a los padres en particular, la necesidad de que se eduque en valores; que no se hable tanto de derechos como de obligaciones, y que se insista en que la violencia no es la manera de solucionar los conflictos.

Además de modificar la ley del menor y endurecer las penas para los terroristas,  ¿no se podría conseguir que los padres de los que cometen actos vandálicos, sientan de alguna forma el peso de la responsabilidad en lo que les afecte? 

Quizá así otros muchos  padres se decidan a educar a sus hijos e hijas en auténticos valores.

Isidro Vidal Badía

isidrovidalbadia@yahoo.es