Se lo toman con calma, entre otras cosas porque Sus judiciales Señorías están muy lejos del consenso. El auto que paraliza la OPA de Gas Natural sobre Endesa o, dicho de otra forma, el fallo que dará la razón a Endesa, empresa que impugnó la decisión del Gobierno Zapatero de aprobar la OPA de GN, aún no ha sido escrito. Esto, casi dos semanas después de anunciarse los pormenores (21 de abril) de un auto inexistente.

Por tanto, con todo parado, y a lo mejor durante meses, en la City madrileña se van consolidando las dos opciones principales: o el acuerdo amistoso que pretende La Caixa o el troceamiento de Endea, que es a lo que apunta la entrevista concedida dos días atrás por el primer ejecutivo de E.ON, Wulf Bernotat, al diario español ABC. Por primera vez, Bernotat pronunció la palabra pacto. Mucho ha cambiado desde la entrevista Zapatero-Merkel, tanto los españoles como los alemanes. Los alemanes están dispuestos, por tanto, a aceptar un veredicto de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), un organismo absolutamente independiente, como es lógico, por el que se aprobaría la OPA pero obligando a los alemanes a vender activos de Endesa. Unos activos que deben ser suculentos, porque a ellos aspiran tanto Gas Natural como Iberdrola y como Fenosa. Desde luego, esta segunda alternativa no crearía ningún campeón nacional. La primera sí, especialmente, si Repsol YPF entra en la pugna, lo que sin duda llevaría a E.ON hasta la oferta máxima que tiene prevista: 36 euros por acción. Consideran los alemanes que por encima de esa cantidad la amortización de la inversión no es posible, pero también creen que Gas Natural, tampoco con Repsol YPF puede llegar ni de lejos, hasta esas cifras.