La historia de los dos borradores elaborados por la Comisión Europea para ganar tiempo ha colocado al presidente del Ejecutivo bruselino a las mismas puertas del ridículo. El portugués Durao Barroso que viajó a España en secreto, un día antes de que la Comisión decidiera favorecer al Gobierno español e indirectamente a Gas Natural, ha negado que negociara con Rodríguez Zapatero las aportaciones de España al presupuesto comunitario y las de éste a España- a cambio de su apoyo a la OPA de Gas Natural sobre Endesa.
Ahora bien, Durao todavía estropeó más la cuestión al afirmar que la Comisión tenía preparados dos borradores, uno por si el expediente de la OPA se quedaba en Bruselas, otro por si volvía a España, una especie de forma de ganar tiempo. Es decir, primero se decide lo que conviene luego se buscan los argumentos que lo aconsejan.
Barroso no tiene un historial formidable como presidente de la Comisión, y el incidente no le ayuda mucho. Además, se ha viso obligado a hacer caso a Zapatero, él que siempre fue aliado, correligionario y amigo de José María Aznar y Rodrigo Rato. Es decir, cada vez se queda más solo.