El nuevo líder de la patronal española CEOE está imputado por el caso Aerolíneas Argentinas, junto a su socio, Gonzalo Pascual, por desvío de fondos públicos, delito fiscal y falsedad documental. La especialidad de la pareja de Marsans consiste en adquirir compañías en quiebra sin pagar un euro y beneficiarse de las subvenciones públicas para reflotarlas. Siempre gestionan hasta esquilmar los activos de la empresa y luego la traspasan: Spanair es un buen ejemplo de ello. Ferrán se ha convertido en el empresario de cámara de Esperanza Aguirre y un sector del PP y pretende instaurar en la CEOE un sistema dinástico: su pariente, Arturo Fernández, le sustituirá en la patronal madrileña CEIM
Si alguien no lo remedia, en la cúspide de la patronal española se va a instalar el miércoles 6 de junio, Gerardo Díaz Ferrán, quien, junto a su socio en Marsans, Gonzalo Pascual, se han convertido en los empresarios de cámara de Esperanza Aguirre.
El tándem Pascual-Díaz representa toda una escuela de negocios en España. Su técnica es doble. Por una parte, consiste en hacerse con empresa –a ser posible pública- en quiebra por un euro –o una peseta-, de esas empresas que a los políticos les queman en las manos. Luego piden ayudas para reflotarlas, sin invertir un duro de su propio dinero. Cuando los activos de la empresa depredada no dan para más, la traspasan o la sacan a bolsa, aprovechándose, a ser posible, de una situación de monopolio, como es el caso de Aerolíneas Argentinas.
Eso sí, han sabido mantener siempre buenas relaciones, tanto con el sector público como con el privado.
Por ejemplo, fundaron Spanair con los suecos de SAS, una empresa que nunca ha dado beneficios, ni tan siquiera en 2005, cuando lo anunciaron a bombo y platillo y luego resultó que seguía en números rojos. Es igual, serán los suecos quienes tengan que reflotar Spanair si quieren mantener su cuota de mercado, porque Pascual y Díaz ya están en otras cosas: están en Air Comet y compañía, e incluso se han permitido "venderle" otro favor al Estado, al hacerse cargo de Air Madrid, aunque sus clientes damnificados continúan sin recibir el dinero que les corresponde.
Este estilo forzó que, un día después de que el amigo de Pascual y Díaz, José María Amusátegui, abandonara el Santander Central Hispano (SCH), Emilio Botín ordenara retirar todas las líneas de crédito de la entidad con Marsans, a pesar de haber formado parte del grupo industrial del antiguo Hispano. Simplemente, no le gustaba su estilo y no se fiaba de ellos.
Este es el estilo que se impone en la nueva CEOE, por la sucesión de José María Cuevas. Nombrado en una operación política para pararle los pies al catalán Joan Rosell, Díaz se ha convertido en el empresario favorito de la presidenta madrileña Esperanza Aguirre y de un sector del Partido Popular, que se autotitula liberal. No sólo eso, sino que se propone crear una patronal monárquica, con la dinastía Díaz, se entiende. Así, su pariente, el restaurador Arturo Fernández, uno de los empresarios más próximos al Rey de España, para quien realiza funciones de ‘catering', se prepara para sustituirle al frente de la patronal madrileña CEIM. Ferrán acumula hoy todos los cargos posibles en la capital, granero de votos del PP: Preside la Cámara de Comercio, es consejero y miembro de la Comisión Ejecutiva de Cajamadrid, controla de forma indirecta, a través de Pedro Antonio Martín Marín, el Palacio de los Deportes, la Plaza de toros de las Ventas y poco se hace en la capital económica de España sin que él lo conozca.
Su socio Gonzalo Pascual, más exquisito que Ferrán, no ha perdido las esperanzas de presidir Iberia. Lo curioso de la pareja es que nunca se han entendido en el terreno personal: no pueden ser más distintos, y las diferencias se han acentuado ahora que sus hijos van tomando el relevo… y se disputan el poder: los Pascual contra los Díaz.
Pero, antes que nada, Ferrán es un presidente imputado. Lo es por el Caso Aerolíneas Argentinas, que el Estado español le regaló como Aznar como presidente del Gobierno, y además le ofreció 758 millones de euros para reflotarlo. La juez Gema Gallego, del Juzgado número 35 de Madrid, tras un informe demoledor del Tribunal de Cuentas, ha imputado a Pascual y Díaz por presuntos delitos de desvío de fondos públicos, delito fiscal y Falsedad documental. No obstante, Pascual y Díaz intentan a toda costa salirse de aerolínea, tras dejar una flota en declive, sacándola a bolsa. Es la técnica del "toma el dinero y corre", que la jueza no está dispuesta a permitirles.
No sólo eso, se acaba de presentar una nueva querella, esta vez en Marbella, contra Díaz Ferrán y Pascual por desobediencia grave a la autoridad judicial. En el mejor estilo de la Casa, se niegan a abonar una multa impuesta a Antonio Mata, el hombre que colocaron como presidente de Aerolíneas Argentinas y al que por Buenos Aires no quieren ver aparecer.
España va a contar con un líder patronal en situación de imputado permanente, además de todo un ejemplo del buen gobierno corporativo.