Sr. Director:
Han pasado quince años desde que se legalizó el aborto en Sudáfrica. Desde entonces, se estima que a más de un millón de niños no nacidos se les ha negado el más básico de los derechos humanos, el derecho a la vida", afirma un comunicado de la Conferencia Episcopal de África del Sur (SACBC), firmado por Su Exc. Mons. Buti Tlhagale, Arzobispo de Johannesburgo y Presidente de la SACBC.

 

Mons. Tlhagale recuerda que los que apoyaron la ley decían que era necesaria para combatir el flagelo de los abortos clandestinos. Pero el Arzobispo se pregunta si después de 15 años la ley ha alcanzado su propósito, dado que "en casi todos los postes de la luz a lo largo de las calles de nuestras ciudades y pueblos, hay carteles que piden abortos 'seguros y sin dolor'. Se encuentran fuera de la sede del Departamento de Salud, en Pretoria, y en las paredes de nuestras escuelas".
"Si la publicidad es tan generalizada, la demanda de abortos clandestinos aún debe ser alta", señala Mons. Tlhagale.
Legalizar el aborto solo lleva a la destrucción de la vida. La ley debe proteger al no nacido, no facilitar su asesinato.

Valentín Abelenda Carrillo