En una nota editorial firmada por el analista de The New York Times para América Latina, Larry Rother, se aplaude el crecimiento económico argentino del 8% por segundo año consecutivo. "El apocalipsis no llegó tras el default declarado hace tres años", señala.
En opinión de Rother, el Gobierno argentino prefirió estimular el consumo interno y la creación de empleo a satisfacer las demandas de los bonistas, acreedores y FMI. Esta "desobediencia" ha sido -según el editorialista- el que ha permitido aumentar las reservas de moneda extranjera, mejorar las exportaciones, estabilizar la moneda y recuperar la inversión extranjera.
Además, los sondeos realizados desde la Administración Kirchner entre los acreedores privados arrojan una aceptación de la oferta gubernamental del 75%, muy cerca del 80% exigido por el FMI para alcanzar un nuevo acuerdo con el organismo internacional.