Recuerdo que cuando el ex etarra y proetarra Arnaldo Otegi obtuvo un aval de Caja Laboral -la entidad financiera de la Cooperativa Mondragón, grupo vasco propietario de la mencionada Caja, de Eroski, Fagor, etc- para evitar la prisión hablé con el portavoz de Mondragón. Ya saben, como periodista. El susodicho portavoz me explicó que eramos iguales -los periodistas y los proetarras, supongo- e incluso tuvo a bien amenazarme. Curiosamente el portavoz de Mondragón, consorcio que, por pura casualidad, nunca ha sufrido un atentado de ETA, alguno de cuyos directivos ha sido detenido por colaborar con la banda y que financian el aval de Otegi y ahora el piso de ese buen ciudadano llamado Ignacio de Juana Chaos.
No es que el portavoz de Mondragón sea proetarra, al menos no podría asegurarlo. Simplemente es un cobarde, y necesita sobrevivir en Euskadi, una tierra donde hoy en día habitan muchos cobardes, los cuales, para sobrevivir en ese ambiente opresivo consideran necesario establecer cierta equidistancia entre verdugos y víctimas, y no porque tengan miedo a los segundos sino porque les aterran los primeros.De Juana ha salido de la cárcel, y delante del piso que nuestro buen ciudadano se ha comprado en San Sebastián un grupo de proetarras gritaban vítores a ETA e insultaban a los periodistas, mientras los ertzainas, cuerpo donde De Juana aprendió a manejar las armas De Juana, no hizo acto de aparición, mientras la mayoría de los vascos dejaba sólas a las víctimas que se manifestaban por la mañana contra la recobrada libertad de Chaos.
Mientras, sucedían otras dos cosas: desde México, primera etapa del viaje de vacaciones anual de la vicepresidenta primera del Gobierno, doña Teresa Fernández de la Vega -viaje que siempre disfraza de visita oficial, más que nada para que le salga gratis total- superaba todas sus marcas de frivolidad y ligereza, que son muy altas. Seria, circunspecta, elevada, De la Vega aseguraba que no permitirían que se humillara a las víctimas. Horas después ya se había tolerado la primera humillación: los proetarras aplaudían al asesino delante de su piso mientras la policía autónoma les dejaba hacer.
Por la mañana, ni socialistas ni peneuvistas se dejaron ver en apoyo de las vícitmas: los primeros porque consideran que la mayoría de las víctimas están con el PP, los segundos porque el acabose de la cobardía en el País Vasco es la del PNV.
Al tiempo,toda la prensa pro-gubernamental recuerda que hay que cumplir la ley. Totalmente de acuerdo. Ahora bien, si la ley permite que el asesino de 25 personas condenado a 3.000 años de cárcel cumpla 21 y, sin arrepentimiento alguno, sin reinserción por tanto... entonces tan urgente es cumplir la ley como cambiarla.
Eulogio López