Para que no pierdan el hilo: Hispanidad publicó en su sección de Libros una crítica firmada por Carlos Amaritriain sobre el libro De Aznar a Rajoy: la maldición de Casandra. El autor, Graciano Palomo, quiso mostrar su desacuerdo a través de una carta al director que pudieron leer este lunes. Y en el texto que ven bajo estas líneas es de nuevo Carlos Amaritriain quien expresa sus diferencias.

 

Estimado Señor Palomo:

Agradezco sinceramente su carta-contestación a mi reseña sobre su libro De Aznar a Rajoy: la maldición de Casandra. En lo que crea oportuno que debo rectificar, rectifico. No me duelen prendas. Quizá el tono de la reseña debió de molestar, y lleva razón, pues la reseña no pretende ser académica, sino el reflejo de la impresión que se llevaría un lector medio (este es mi caso).

Su declaración de "centrismo" explicaría nuestras diferencias de apreciación. Me duele que caracterice a Aznar como un personaje que levitó (en la segunda legislatura) "desde la arrogancia, la soberbia, el abandono de los principios del centrismo político y de casi todo lo prometido cuando aspiraba al poder". La visión del Aznar malhumorado, gruñón, o de personaje de la "derechona", es lo que no compartimos. Creo que Aznar fue un presidente más bien débil en lo político. Discrepancias legítimas las nuestras, en eso se basa mi afirmación de "la órbita de PRISA". Pues esa es la imagen que se ha encargado de ventilar El País y la SER.

Lo del "marujeo" es en un sentido figurado. Deformación profesional. Y es que lo que es periodístico muchas veces roza el "marujeo" (figuradamente). La verdadera historia vendrá decenios después templadas las olas de la política del día a día.

Vuelvo a agradecer su misiva, y rectifico –sinceramente- en lo que crea conveniente.

Alfonso Carlos Amaritriain