Sr. Director:
Por decisión del PSOE, el crucifijo dejará de estar presente en los lugares públicos y durante el trámite del juramento de un cargo.

Pero el crucifijo es algo más que un símbolo, implica una religión, un Dios al que seguir, y los que lo repudian es porque primero han sacado al Dios cristiano de sus vidas. Que moleste este distintivo no es nuevo y, sin embargo, qué carga de paz y solidaridad lleva consigo: la de un Dios que dejó su trono y vino a cobijarse entre los hombres perdidos para el cielo, y a los que Él quiso salvar muriendo en una cruz.

Pero qué les importa esto a sus enemigos; el Jesús bueno y misericordioso amigo de los niños y de los pecadores para devolverlos a la vida, es, de nuevo, un signo de contradicción. Ellos sólo podrán descolgarlo de la pared y con él su grito de Amor, sin embargo, Él sigue viviendo en las almas de los que le aman y sigue presente en los Sacramentos de su Iglesia.

Eva Catalán

mariacatala6@gmail.com