Al ser humano le cuesta comprender los acontecimientos, sobre todo hoy, en tiempos de saturación informativa imposible de metabolizar, pero a su favor juega que los hechos son muy tercos. Así que, tras un año de crisis económica, ya se habla de la mayor recesión de los últimos 30 años. Y no es así. Estamos ante la mayor recesión de toda la historia moderna, por la sencilla razón de que el culpable, la especulación financiera, ha alcanzado cuotas nunca vistas.

En cualquier caso, digamos que ya hay consenso sobre el diagnóstico: tenemos tres problemas: crisis de liquidez, elevados precios de los alimentos y elevados precios del petróleo. Así que sí tenemos tres problemas, tendremos que aportar tres soluciones

La crisis de liquidez, producto del casino en que se ha convertido la bolsa, especialmente por mor de esos enemigos de la humanidad que son los bancos de inversión, el fruto más podrido del capitalismo financiero, sólo se arregla con medidas que castiguen la especulación, especialmente fiscales. Incluso deberíamos comenzar a hablar de impuestos fiscales globales contra la especulación financiera. Y recuerden, especulación es todo movimiento que, de ser suprimido, no afectaría para nada a la economía real, las empresas.

La Tasa Tobín debe ser aplicada, corregida y aumentada -aplicada, no sólo a las divisas, sino a los mercados de deuda opaca y a la bestialidad de las titulizaciones-. De otra forma, la crisis no remitirá: irá a más.

Los precios de los alimentos suben. Y eso es bueno, porque suben gracias a que zonas del planeta, como buena parte de Asia, comen mejor y reclaman, por ejemplo, más productos lácteos. Terapia: hay que parar el proceso de urbanización acelerada de la humanidad. Hay que volver al campo y pagar mejor al agricultor y al ganadero, dejar de pagar por no producir y abrir las fronteras a los cultivadores del Tercer Mundo. Este planeta da para alimentar a 100 humanidades, y eso en el actual estrado tecnológico. Malthus era un necio, cuyas propuestas han sido aprovechadas por los ricos para arrebatarles a los pobres su principal riqueza, los hijos, y para mantenerlos en la miseria, y aunque los especuladores traten de resucitarlo, no cuela.

Tercero: elevado precio del petróleo. Terapia: energía nuclear, la única capaz de garantizar un desarrollo intensivo, además de proporcionar energía barata -más importante que energía verde- y resultar la más adecuada para levantar el Tercer Mundo.

Ahora, sólo hay que aplicarlas.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com