El único problema que queda es el de siempre: Gayoso, que se niega a irse a casa a sus 78 años y hay que buscarle un puesto

Feijóo no sólo se ha enfrentado a MAFO y a Pepiño: también a Génova, partidario de la fusión virtual entre Galicia-Madrid-CAM. Pero, a día de hoy, el fantasma de la intervención de la caja gallega por el Banco de España no ha sido conjurado
El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, ha decidido plantar cara al gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO) y al ministro de Fomento, José Blanco. En la tarde noche del viernes, MAFO ya tenía prevista la medida: intervenir Caixa Galicia. Así lo publicó en exclusiva Hispanidad el pasado sábado y así lo reiteramos hoy... cuando ya nadie niega los propósitos del supervisor.

Porque, ¿es posible aún la intervención? Sí, es posible, aunque Feijóo cree haber jugado fuerte: en primer lugar, se ha enfrentado a MAFO y le ha advertido que también el Gobierno gallego tiene potestades inspectoras un debate siempre inconcluso- y que podría bloquear la intervención. Así de claro. Por eso, desde el Banco de España donde hay inspectores que braman contra una medida tan injusta como sería la intervención Caixa Galicia, que no está para ser intervenida- se nos dice ahora que no se intervendrá si se les da una solución, previsiblemente hoy, plazo que en la Xunta alargan hasta el miércoles.

Feijóo también se ha enfrentado a José Blanco, ministro de Fomento, que sueña con ser presidente de Galicia en las próximas elecciones y quien, aunque en la mañana del lunes negaba a Hispanidad tener nada que ver con la operación, todo el mundo señala como instigador de la operación.

Tercer frente de Feijóo: Génova. Sí, aunque Mariano Rajoy no entra en estas cosas recordemos que la fusión virtual o fusión fría- con Caja Madrid y con la Caja de Ahorros del Mediterráneo fue idea de Montoro y que a Rato, ahora presidente de la entidad capitalina, le vendría de miedo.

No, Feijóo se ha empeñado en fusionar Caixa Galicia y Caixa Nova. Ha advertido al Banco de España que deberán aceptar el informe de KPMG: pasar de 1.300 sucursales a 1.000, y de reducir la plantilla de 8.000 a 6.700, la mayoría por prejubilaciones. Todo ello con 2.000 millones del FROB (no es mucho, si consideramos que CCM ha precisado otros 2.000 del FGD).

Y lo curioso es que el órdago de Feijóo a MAFO, puede salir bien. Al final, cuando ya nadie creía en una fusión de las dos gallegas, el asunto empieza a vislumbrarse como posible. El gran obstáculo es el presidente de Caixa Nova, Julio Fernández Galloso, quien lleva ya 45 años al frente de la entidad y que a sus 78 se niega a abandonarla. La razón es simple: Si Gayoso acepta ahora negociar es porque las virtuales a las que quizás apuntarle (Navarra y Asturias sobre todo) no le han admitido como piloto. Total, que ahora está dispuesto a aceptar, al menos una co-presidencia , eso sí, sin mando en plaza.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com