Sr. Director:
La incorporación al trabajo de la mujer es un hecho incuestionable. En muchos casos por necesidad. Si además de trabajar en una empresa, tiene que sacar adelante una familia e hijos, se le obliga a ser mujer trabajadora y malabarista candidata al del mismísimo Circo del Sol.
El problema no es la trasnochada igualdad de sexos, sino la posibilidad de que la mujer y el hombre puedan hacer compatible trabajo y familia.
Es necesario potenciar empresas familiarmente responsables que se tomen en serio la Carta de Derechos de la Unión Europea: La principal prioridad en política familiar es la puesta en marcha de medidas que permitan conciliar la vida familiar y profesional" (artículo 33).
Hay que mejorar las políticas del Gobierno de protección a la familia. Hoy en día se da una discriminación positiva sobre la mujer trabajadora: si incluyes en tu curriculum vitae que estás casada, o piensas tener un hijo, casi seguro que no te contratan.
Tenemos uno de los índices de natalidad más bajos del mundo (1,2). ¿No podrían las cabezas pensantes de nuestros políticos defender a quien no desea esconder a su familia, sino hacerla compatible con un trabajo profesional?
Aurora Bellas
aurorabellas@telefonica.net