Lo que algunos temíamos ya se ha hecho realidad. Una juez portuguesa ha condenado al P. Nuno Serras Pereira a dos años de prisión o multa de 130 días (1 euro diario) por difamación. Su señoría entiende que las críticas que el sacerdote luso dirigió a la internacional abortera Internacional Planned Parenhood Federation son sujeto del tipo de difamación.
En concreto, el P. Serras señaló que la IPPF era una organización serial killer, o sea de crimen en serie. Y es que la Federación Internacional de Planificación Familiar son el mayor think tank de la causa abortera, están financiados por las clínicas y remiten a las mujeres que consultan su establecimiento a los abortorios actuando de prescriptores del negocio.
Además, el clérigo portugués considera que la federación abortera, viola la ley cuando le conviene. Como es sabido, las mujeres portuguesas cruzan la frontera para abortar en España, sabedoras de que en nuestro país no existen controles reales ninguno. Una violación de la ley palpable empujada y promovida por la Planificación Familiar portuguesa que ahora cabildea para tratar de ampliar el aborto en el país vecino. ¿Dónde queda la libertad de expresión?