Fornesa renueva hasta julio 2009 e Isidro Fainé aumenta su poder. En La Caixa quedarían tres empresas intocables, Repsol YPF, Gas Natural y Telefónica. Si cunde el ejemplo, las grandes empresas españolas quedarán en manos de los fondos de capital-riesgo. La caja catalana es la última de las cuatro grandes entidades financieras que abandona la industria
Los directivos de la primera caja de ahorros del país, La Caixa, lo niegan una y otra vez y tienen argumentos, dado que persiste su pugna por Endesa lo que aumentaría sus participaciones industriales- y, además, prosigue la expansión de la red de sucursales. Pero lo cierto es que, coincidiendo con la reforma de la ley de cajas catalanas, que esta misma semana puede quedar lista en el Parlament, lo cierto es que el proceso desinversor ya ha comenzado. ¡Ojo! Proceso desinversor en la industria, que no en la actividad financiera, es más, La Caixa, como ya informara Hispanidad, ha aumentado su participación en el banco portugués BPI y no tiene la menor intención de marcharse del grupo Sabadell. Dicho de otra forma, aspira a crear su banco ibérico y a la internacionalización financiera que no industrial.
Empezamos por el comienzo. Isidro Fainé, director genera de La Caixa consiguió convencer al gobierno tripartito catalán de modificar la Ley Catalana de Cajas de Ahorros para alargar el mandato de Ricardo Fornesa como presidente de la Institución. Esto ya está hecho. Fornesa no sólo no tendrá que cesar en marzo de 2007, sino que podrá permanecer hasta marzo del 2009. Ahora bien, la reforma legal va más allá: acentúa el carácter ejecutivo del director general y el carácter representativo del presidente. En román paladino : Fainé va a mandar aún más y a Fainé le gusta mucho más la actividad financiera que las participaciones industriales. La cosa empezó con la venta de Inmobiliaria Colonial, una operación que nadie entiende, pero que aleja a La Caixa del restringido grupo de operadores principales en el sector inmobiliario. Y es que el planteamiento de Fainé es muy claro : a partir de ahora lo que todavía es el primer grupo industrial español sólo conservará tres empresas estratégicas, Repsol YPF, Gas Natural y Telefónica. Todo lo demás es vendible o reagrupable y, si lo quieren en clave personal, Repsol YPF y GN porque es el predio de Antonio Brufau; Telefónica, porque es la participación más tradicional y aquélla en la que Isidro Fainé ocupa el cargo de vicepresidente.
En el fondo, Fainé está siguiendo la táctica de las cuatro principales entidades españolas (exceptuando el Popular que siempre ha sentido aversión por la Industria): la suya propia y Santander, BBVA y Caja Madrid. Botín ha vendido casi todo su grupo industrial al mejor postor, FG ha vendido lo que ha podido y si no ha vendido más es porque no lo ha conseguido, dado su fracaso en su gran sueño de lograr una fusión o absorción financiera de alcurnia. Y no se equivoquen con Caja Madrid, Miguel Blesa no considera estratégica ni una sola de sus participaciones industriales, todo ello son inversiones financieras.
Dicho de otra forma, la única entidad financiera con vocación industrial también ha dado el giro. Con ello se pone fin a un modelo de desarrollo empresarial el que ha caracterizado a España, Italia y Alemania- en que los cimientos accionariales de los grandes grupos empresariales eran los bancos y las cajas de ahorros. A partir de ahora habrá que acostumbrarse a un panorama industrial tipo anglosajón, donde las multinacionales estarán en manos de los fondos de inversión o de pensiones o de lo que es muchísimo peor, de los fondos de capital-riesgo, cuya única vocación industrial es la plusvalía a corto plazo.