Para Pilar Cernuda, la ley de Memoria histórica  es una ley del Gobierno con ansia de venganza. Es una forma superficial de gobernar. Es por la falta de imaginación que la suple con una política de pseudoizquierda. Mucha gente de izquierdas está en desacuerdo con él. De la Vega ha rebajado mucho el tono inicial de esa ley, afortunadamente.