Sr. Director:
En la exhortación Sacramentum caritatis, nos ha recomendado Benedicto XVI a los Pastores de la Iglesia y al Pueblo de Dios la práctica de la adoración eucarística, tanto personal como comunitaria. Y ha reafirmado el valor sobre todo de la procesión tradicional en la solemnidad del Corpus Christi (SC 66-68).
A la vez ha indicado que para lograr este fin será de gran ayuda una catequesis adecuada en la que se explique a los fieles la importancia de este acto de culto, que permite vivir con más fruto la celebración de la eucaristía. Estas breves referencias históricas y doctrinales pueden ser una forma de ofrecer la ayuda mencionada por el Papa.
La reserva de la Eucaristía
El Concilio IV de Letrán, convocado por Inocencio III en el año1215, ordenó guardar la eucaristía en la iglesia bajo llave . Esta decisión dio origen al uso de reservar la eucaristía en un tabernáculo o sagrario móvil cerrado con llave y colocado sobre el altar. Desde el siglo XVI la reserva eucarística se haría en tabernáculos fijos inamovibles, ordinariamente sobre el altar mayor. La finalidad de la reserva era la comunión para los enfermos, en la forma del tradicional "viático", la comunión de los restantes fieles fuera de la misa, y el culto del santísimo sacramento.
Las devociones eucarísticas
A partir del siglo XI, como respuesta a doctrinas erróneas sobre la Eucaristía, se acentuó el realismo de la presencia eucarística y la adoración a la sagrada hostia. En concreto, se promovieron formas nuevas de culto como las procesiones eucarísticas, las exposiciones y bendiciones con el Santísimo Sacramento e incluso la misa delante del Santísimo expuesto.
La fiesta y la procesión del Corpus Christi
Con el fin de favorecer la devoción al Santísimo Sacramento, el Papa Urbano IV, en el año 1264, extendió a toda la Iglesia la fiesta del Corpus Christi. En la bula del Papa que instituía la fiesta no se mencionaba la procesión del Santísimo Sacramento. Sin embargo, las procesiones empezaron muy pronto a formar parte de la fiesta. La primera procesión se celebró en Colonia en 1279 y luego en otras ciudades de Alemania. En Francia, el Concilio de Sens menciona las procesiones del Corpus en el año 1320. En Roma se celebró la procesión del Corpus desde el año 1350.
Muy pronto se introdujo la costumbre de mostrar a los fieles el Santísimo Sacramento durante las procesiones. Para ello, se adaptaron los ostensorios que se habían utilizado para la exposición de las reliquias, que permitían ver a través de un cristal. Así fueron surgiendo las artísticas custodias.
El Corpus Christi en España
En Vich se celebró el Corpus desde el mismo año 1264, en que se instituyó la fiesta con carácter universal. Hacia el año 1301, el Concilio Provincial de Tarragona ordenó la celebración de la fiesta del Corpus. En consecuencia, hubo capillas del Corpus Christi en las catedrales de Barcelona, desde el año 1293, y Gerona, a partir de 1312. En Madrid hay constancia de la celebración de la fiesta del Corpus desde el año 1317.
El acto más característico de la fiesta del Corpus en España ha sido la procesión solemne. Las primeras procesiones fueron las de Barcelona, Gerona y Vich, a partir del año 1320 . Los municipios declararon desde el principio obligatoria la asistencia a la procesión, la limpieza y ornato de las calles y la participación de las cofradías y oficios. Igualmente organizaron concursos para premiar la ornamentación de cruces, cirios, altares de reposo, y manifestaciones literarias alusivas al acto. Se iniciaron también representaciones populares de los misterios de la religión, con el asesoramiento de los teólogos. Estas representaciones llegarán a su cima posteriormente en los Autos Sacramentales.
Nuestra procesión del Corpus
En nuestros días, la adoración eucarística en la procesión del Corpus, que es parte de la fiesta litúrgica, es la continuación obvia de la celebración eucarística. " Recibir la Eucaristía significa adorar al que recibimos...Y sólo así, nos hacemos una sola cosa con Él... Sólo en la adoración puede madurar una acogida profunda y verdadera. Y precisamente en este acto personal de encuentro con el Señor madura luego también la misión social contenida en la Eucaristía y que quiere romper las barreras no sólo entre el Señor y nosotros, sino también y sobre todo las barreras que nos separan de los otros" (SC 66)
Exhorto a todos los católicos de Salamanca a participar en la solemne celebración de la Eucaristía en la Catedral, a las seis de la tarde, y en la posterior procesión del Corpus Christi, para dar testimonio público de fe por las calles de nuestra ciudad. Animo especialmente a participar en la procesión a todos los niños y niñas que han celebrado este año su Primera Comunión.
Mons. Carlos López, Obispo de Salamanca