Sr. Director:

El otro día cayó en mis manos uno de los periódicos de mayor difusión en Cataluña.

Varias páginas estaban dedicadas al tráfico de carne de mujer: chinas, mulatas, negras o japonesas, nacionales y extranjeras se ofrecían como torpe entuerto para satisfacer la libídine de los caballeros.

Con toda razón el II Congreso Internacional de Políticas de Igualdad aboga por la erradicación de los anuncios de contactos sexuales en los medios de comunicación. La mujer debe considerarse orgullosa de su sexo, no como remedio para la lujuria del hombre que la utiliza, sino por lo que eso lleva consigo: la maternidad, el punto de apoyo del cónyuge y su cuidado, la crianza de los hijos y su aportación al mundo laboral desde su feminidad.

La mujer que no esté orgullosa de serlo jamás comprenderá por qué su intimidad debe quedar a buen recaudo, evitando exhibirse también en su indumentaria, que es el primer paso para que a una la miren como a una prostituta.

Ana Coronado

corana22@gmail.com