La mecha que prendió el fuego fue un vuelo de turistas españoles atrapados durante tres días en la sala de embarque
Imposible recuperar la normalidad en el Aeropuerto de Buenos Aires, en Ezeiza, después de tres días de enfrentamientos, vandalismo provocado el cabreo profundo de un vuelo facturado, y que, ya con los pasajeros en emigración... no sale durante tres días. La mayoría de ellos eran turistas españoles, y se quejaban de que esto no ocurriría en España. Los empelado de Aerolínea Argentinas tuvieron que recordarles que, a pesar del nombre, ARSA es una empresa española, para ser exactos del Grupo Marsans, cuyos propietarios son el presidente del la patronal CEOE, Gerardo Díaz-Ferrán y el presidente de la patronal turística, Gonzalo Pascual.Nadie como Jorge Pérez Tamayo, presidente de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) para dar con la causa del desastre: "sobreventa de pasajes y falta de aviones".
Y es que ARSA, regalada por el Gobierno español a la pareja Díaz-Pascual, a los que, además, ofreció más de 770 millones de dólares para sanearla siempre han sobrevivido con medios muy justos, tanto que a veces se rompe la cuerda. Se da la circunstancia, además, de que, de la precitada cantidad, 250 millones de dólares están destinados a renovar la flota.