Varias ideas:
1. La reforma de las cajas no representa otra cosa que su entrega a los bancos.
2. Se les ha aplicado un Basilea III por anticipado obligándoles a un incremento acelerado de sus recursos propios, con lo que el efecto es el siguiente: "La fijación de ese plazo invita a los inversores a esperar al último día antes de enseñar su dinero, así como a las entidades integrantes de cualquier acuerdo que creen que están mejor que sus compañeras de viaje, con el fin de obtener mayor cuota en el resultado, como ha ocurrido con la ruptura de Banco Base". Más claro, agua. Los buitres observan la agonía del animalito que pretenden devorar.
3. La reforma tiene como único objetivo racional la reducción de plantilla, que, y en los procesos de fusión en marcha pero que se haría en cuanto esas fusiones sean una realidad. En cualquier caso, "¿quién va a invertir en un banco en plena reestructuración?".
Sánchez sabe de lo que habla, así que a mí sólo me queda añadir que los hacedores de la reforma, el Gobierno ZP y el Banco de España, no sólo se están cargando las cajas sino también las empresas estratégicas de ellas dependientes. Además de la obra benéfico-social de estas entidades.
Los buitres ya han olido la presa, pero todavía pueden defenderse: esperan a que se encuentre más débil para devorarla. Y, de paso, para llevarse dinero público por los 'favores prestados'.
Y eso, sí, los cajeros se ha apresurado a pasarse en bloque al enemigo. La razón es muy sencilla. Los banqueros siempre han cobrado más que los cajeros. Además, tiene mucho más 'glamour'.
Eulogio López
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