Los dos hombres clave, y también los más manipuladores, del actual Gobierno Zapatero, son el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Barroso, y su amigo, el máximo responsable de Globomedia (convertido en buque insignia de la producción audiovisual del PSOE), José Miguel Contreras. Fue precisamente éste último quien dictaminó que Carmen Caffarel debía ser la directora general de RTVE. No dio su nombre, sino el retrato robot para el cargo : mujer y académica, no profesional de la información. Y salió Caffarel.
De paso, Contreras aprovechó para colocar productos de la factoría Globomedia en la televisión pública, que nunca viene mal un buen contrato. Entre ellos, colocó el debate 59 Segundos, al que nos referiremos a continuación. Eso sí, visto el estado de la gestión Caffarel, con la audiencia cayendo y la deuda subiendo, ambos, Barroso y Contreras, han propuesto a Zapatero su destitución.
Y ahora llega la polémica sobre el 11-M. Con motivo del aniversario de la masacre, Telemadrid, controlado por el Partido Popular, realizó un espléndido reportaje sobre lo acaecido entre el 11 y el 14-M. Un reportaje que insistía en aquello que Zapatero menos quiere oír: que es presidente gracias a 192 asesinados. Telemadrid no concluía nada pero lo exponía todo, incluida la manipulación del grupo Polanco durante los tres días que transcurren entre el atentado y las elecciones.
La SER decidió revolverse contra Telemadrid, lo que resultaba esperable, pero no así que la televisión pública acudiera en ayuda de Polanco. En efecto, precisamente el programa 59 Segundos sirvió como ariete contra Telemadrid, que pasó de juez a acusado.
Pues bien, Caffarel se ha aprovechado de la situación. Consciente de que Barroso y Contreras se la han jugado, ha comunicado a Manuel Soriano, director general de Telemadrid, que desconocía lo que pretendían hacer (es decir, el trabajo sucio pro-Polanco y pro-Gobierno) en 59 Segundos, el programa de Contreras. A lo mejor, es una venganza tardía, pero la venganza siempre hay que comerla fría.