Miembros de la vieja guardia con los que se ha entrevistado se han quedado asombrados de su mala opinión sobre Mariano Rajoy. El ex presidente se apoya en su vieja guardia; afirma que nadie va a reducirle al silencio y que el test de la etapa Rajoy serán las municipales y autonómicas de 2007. Aznar mantiene contactos fluidos con Federico Trillo, Álvarez Cascos, Eduardo Zaplana, Loyola de Palacio o Esperanza Aguirre.
José María Aznar quiere volver. El Estatut catalán es ahora la excusa predilecta del ex presidente para plantearse su regreso a la cúpula del Partido Popular. A pesar de que las encuestas, por vez primera, comienzan a serle favorables a Rajoy, Aznar considera algo parecido a que la patria le necesita.
Rajoy ha cambiado su discurso con el Estatuto catalán, y su mensaje es mucho más duro, como corresponde al ambiente anticatalán que reina en toda España y esta carambola se ha convertido en un regalo inesperado. Sin embargo, Aznar no deja de repetir, y eso es lo que más ha sorprendido a sus contertulios (suele recibirlos en su despacho de la Fundación FAES), que se equivocó al nombrar sucesor a Mariano Rajoy.
Entre los que frecuentan FAES, curiosamente, no se encuentra el actual secretario general del Partido Popular Ángel Acebes a quien se considera el submarino de Aznar. Por el contrario, sí acude el actual portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, sí escucha atentamente al ex presidente del Partido. Y con él, el es ministro de Defensa, Federico Trillo, el ex vicepresidente y titular de Fomento, Álvarez Cascos, la ex vicepresidenta de la Comisión Europea, Loyola de Palacio y la titular actual de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, aunque esta última no sea partidaria del recambio de Aznar por Rajoy, sino del de Aguirre por Rajoy.
En definitiva, merodean a Aznar los marginados por Rajoy, que desde el primer día tuvo muy claro que tenía que apoyarse en una generación más joven, no por deseos de renovación sino para que no pudiera hacerle sombra. A esa ristra de marginados se puede añadir personajes como el ex ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, u otros antiguos miembros del Gabinete, como Elvira Rodríguez, Juan Carlos Aparicio, Javier Arenas, etc.
Son los Lasalle, Elorriaga, Figar, Vázquez, etc., ninguno de los cuales puede disputarle el trono al político gallego, el mismo que ha preferido prescindir de sus pares.
Y también hay horizonte cronológico para la vuelta de Aznar, que no será posible si no se produce un fracaso electoral de Rajoy. Aznar tiene claro que su vuelta no puede ser discutida sino en un congreso extraordinario producto de un desastre electoral. Por eso, se ha fijado el horizonte de las municipales y autonómicas que se celebrarán, en principio, en mayo de 2007. Tas los fracasos europeo y gallego no hay otra cita electoral, salvo que
Salvo que la prevalencia dinástica, o las reformas estatutarias lleven a una reforma constitucional en profundidad y a la consiguiente convocatoria electoral. En cualquier caso, lo que está claro es que Aznar ya ni se preocupa en disimular su error con Rajoy, mientras continúa recibiendo a sus fieles, en un papel muy parecido al de un regente.