Sr. Director:

Que exista un solo ser capaz de raptar a una niña de tres años de edad mientras duerme para hacer con ella lo que no se puede ni imaginar, es algo que no entra en cabeza humana. El caso de la pequeña Madeilen ha conmovido al mundo. Hoy la Policía portuguesa rastrea la zona donde se sospecha que el grandísimo H de P que la raptó, enterró su cadáver.

De una atrocidad a otra, con el niño de protagonista. ¿O no es una enorme atrocidad que más de 1.000 niños fueran raptados en varias provincias chinas -especialmente en Henan- y vendidos en la de Shanxi para trabajar como esclavos en fábricas de ladrillos? La noticia ha aparecido en el "Diario del Pueblo", órgano oficial del Gobierno. "Algunos habían estado aislados del mundo exterior durante siete años, recibieron palizas y resultaron mutilados por intentar escapar. Los vigilantes también les quemaron las espaldas con ladrillos ardiendo", afirman algunos padres en una carta, citada por el diario. Los chicos eran vendidos por 500 yuanes (unos 50 euros).

De Yeremi, el niño canario que desapareció en Vecindario, hace tres meses, un caso muy semejante al de Madeilen, no se ha vuelto a saber nada. El gran H de P que se lo llevó, como todos los delincuentes de este tipo, no tiene derecho a la vida.

José Luis Navas

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