El único problema: el recurso al Estatut.
Según las encuestas de El Periódico y, sobre todo, del Instituto Noxa -dirigido por el socialista Julián Santamaría- CiU obtendría entre 57 y 58 escaños en las autonomías catalanas, previstas para el otoño de 2010 pero que bien podrían adelantarse. Por su parte, el Partido Popular estaría entre 12 y 14. Se precisan 68 diputados para la mayoría absoluta, por lo que la suma de los dos partidos llevaría a Artur Mas a la Presidencia de la Generalitat y alejaría el peligro de Oriol Pujol.
Eso sí, Mas no puede vender esa alianza hasta un día después de las elecciones, especialmente por la impugnación del Estatut ante el Tribunal Constitucional, que se lo está tomando con calma, seguramente para ser más riguroso. Pero siempre se puede hacer un pacto a la vasca: el PP no entra en el Ejecutivo, tampoco hay pacto de Gobierno y simplemente apoya con sus votos en el Parlament sin exigir nada a cambio.
Sólo entonces, Mas daría el visto bueno a Durán Lleida para pactar algo mucho más importante: una alianza PP-CIU -con los catalanes en el Gobierno- para 2012, lo que echaría a Zapatero del poder.
¿Falta mucho para las Generales? A lo mejor no tanto, si ZP, que ya se ha demostrado un perfecto inútil ante la crisis económica, decide adelantar las elecciones generales tras su baño de estadismo con la presidencia semestral de la UE que comienza el próximo día 1 de enero.