Que Ángel Mullor abandonaba su cargo de director general de Iberia se sabía desde el miso día en que Xavier de Irala abandonó la Presidencia de la Aerolínea para presidir la caja vasca BBK. Y es que Irala regresó a su Bilbao con una idea fija: fusionar las tres cajas vacas, BBK, la Kutxa y Caja Vital. Irala necesita a Mullor, un verdadero especialista en reconversión laboral (por algo procede del comunismo) y el quiere como número dos.

Es más, si Mullor no ha dado el paso antes es porque Irala le advirtió que la fusión estaba difícil, por la oposición del Partido Popular y de Caja Vital. Pero ahora Caja Vital depende más del PSOE que del PP, y el PSOE se ha entregado a los nacionalistas. Es más, la futura supercaja de ahorros vasca será una de las piezas de cambio en la negociación con ETA, que es también negociación con el PNV. Está decantado que Irala se convertiría en presidente, y éste desea a Mullor como su segundo. A fin de cuentas, y para desgracia de todos, el punto más importante de una fusión es la reconversión