No es partidario Almunia de la creación del Fondo Monetario Europeo. Al menos considera que es una estrategia a largo plazo, que no soluciona los problemas a corto. Así que concluye: No es lo que debemos discutir esta semana, ni estos meses ni estos años. A largo plazo, ya se sabe, todos calvos. Rejón en toda regla a la exigencia de Alemania de mecanismos de sanción duros. Un discurso que tiene su origen en la reclamación de mano dura por parte de la opinión pública alemana.
Además, Almunia recuerda que el plan de estabilidad rompió sus costuras en noviembre de 2003 por exigencia de Francia y Alemania. Nos hemos recuperado, pero tenemos todavía las cicatrices; ahora la crisis nos vuelve a plantear problemas de fondo. Y tras el palo a Alemania, palo a los bancos. Algunas entidades están ahora escudriñando qué pasa en unos presupuestos que se han visto deteriorados por la necesidad de salvar a esas mismas entidades financieras.
En su opinión, lo que hay que hacer es explorar en los mecanismos que ya existen dentro de las actuales estructuras de la UE para mejorar la competitividad y los costes laborales unitarios. Por ejemplo, existe un mecanismo de cooperación con países que no forman parte de la eurozona como Hungría o Rumanía. ¿Se podrían extrapolar estos mecanismos para países de la eurozona?, ¿con qué exigencias? En todo caso, ha mostrado su satisfacción por lo exigente del tercer plan de reestructuración presentado por Papandreu. Un plan que este lunes será examinado por el eurogrupo.
Por lo demás, Almunia sale en defensa de la Alta Representante de Asuntos Exteriores y reclama la urgencia de la puesta en marcha del servicio exterior europeo. Su discurso es el de siempre: más Europa, imbricar intereses más que equilibrarlos, superar las inercias nacionales, bla, bla, bla. ¡Ah! Y atentos al dato: según los consultores contratados por la Comisión, más Europa permitiría mejorar el PIB europeo entre un 1- 1,5%.
Andrés Velázquez
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