Si creían que la moda de realizar películas sobre bodas había pasado, se equivocaban porque esta semana se estrena Algo Prestado. Una comedia romántica, de humor simplón, en la que la actriz Kate Hudson hace de malvada…
La amistad mantenida desde la infancia entre Rachel (Ginnifer Goodwin) y Darcy (Kate Hudson) se pone a prueba cuando Rachel, en la noche de celebración de su 30 cumpleaños, tiene un lío amoroso con el hombre del que está enamorada: Dex quien, casualmente, es el prometido de Darcy. Cuando faltan pocos días para la celebración de la boda de Dex y Darcy, Rachel se debatirá entre salvaguardar su amistad con Darcy o pelear por el que cree es el amor de su vida.
Algo prestado se une a lista de comedias románticas facilonas que cada año se estrenan en las salas de cine y que no aportan nada nuevo al género, más aún, irremediablemente nos recuerda un título tan simpático como La boda de mi mejor amigo (de P.J. Hogan, 1997) pero adulterando su argumento. Porque, a diferencia de esta afortunada comedia de los años 90 plagada de divertidas escenas e ingeniosos diálogos, Algo prestado tiene poca comicidad y es reiterativa en las secuencias en las que sus protagonistas no hacen sino deshojar la margarita, en un contexto en el que se manifiesta la inmadurez y razones espurias por la que algunos acceden al matrimonio. A más a más, sus personajes (salvando el interpretado por John Krasinski (el amigo ideal) y, en algunos momentos, Kate Hudson, que es la mala de la película) no poseen ningún encanto, sobre todo el novio objeto de deseo: encarnado por el sosainas actor Colin Egglesfield.
Incomprensiblemente, dada la tontunada de su argumento, Algo prestado está basado en el best seller de Emily Griffin: ¿Me lo prestas? Un libro que, ya les adelanto, no leeré nunca.
Para: Los que vayan al cine fundamentalmente a comer palomitas