Ojo, porque a las autoridades argelinas no les interesa el Medgaz, sino el complejo nuclear que ofrece Sarkozy Por supuesto que es cierto que Emilio Botín -conocido entre sus enemigos como el Vendepatrias- intentó venderle su participación en Cepsa a la empresa pública argelina Sonatrach, brazo armado-energético del presidente Buteflika. Y lleva intentándolo un año. Fue en abril, cuando una delegación del más alto nivel del Santander, encabezada pro el consejero delegado, Alfredo Sáenz, se trasladó a Argelia para intentar colocar el 30% de Cepsa a los argelinos. De esta forma, argumentaban los españoles, entre franceses y argelinos (entre Total, Gaz de France y Cepsa), controlarían casi el 50% del segundo gasoducto del Magreb, que unirá Argelia con Almería sin pasar por Marruecos, como el actual.

No sólo eso, Cepsa tiene importantes yacimientos de petróleo en Argelia, y el Gobierno Buteflika desea, como todos los países productores de crudo, re-nacionalizar sus reservas.

Sin embargo, los argelinos no se mostraron muy receptivos. La tendencia en Argel es a considerar que ya disponen de tecnología suficiente para controlar todos los procesos, y desde luego les sobre liquide para ponerlos en práctica. Por eso, por el momento mantiene una actitud más bien lejana.

Les gusta más la propuesta de Nicolás Sarkozy, que a cambio de la colaboración argelina promete un complejo nuclear. Sí, en un país árabe, y con problemas graves de terrorismo islámico, donde los fundamentalistas ya ganaron unas elecciones, que provocaron un golpe de Estado.

Y también influye -y no poco- el hecho de que los argelinos siguen reprochando a ZP su abandono del Frente Polisario y su actitud servil con Marruecos, su ancestral enemigo.  

¿Que por qué le tocó el marrón a Alfredo Sáenz? Porque fue él quien ideó la fallida operación de OPA sobre Cepsa.