Sr. Director:
The Independent da cuenta del abandono de importantes activistas en Gran Bretaña ante la nueva política de Amnistía Internacional de defender el aborto para las mujeres que han quedado embarazadas por violación, incesto o cuyo embarazo suponga un riesgo para su salud.
El diario británico dice haber sido informado de que ramas en Birmingham, Liverpool, Leeds y Newcastle han sido sacudidas por la salida de miembros de prolongada pertenencia y ha habido llamamientos a debatir la posibilidad de mantenerse al margen de la nueva política.
Neville White, director de un grupo de AI que trabaja en uno de los suburbios de Londres, informa de la renuncia de uno de sus miembros, de fe católica, encargado de auditar las cuentas de la asociación. Otros grupos han sufrido renuncias y la amenaza de la retirada de sus locales de reunión en iglesias.
La dirección de Amnistía Internacional no ha sabido comprender hasta qué punto divide esta nueva política. Mucha de su fuerza se asienta en el trabajo de sus activistas locales que están en las calles todos los fines de semana. Sin embargo, la consulta a los socios fue, a lo sumo, demasiado breve y carente de la necesaria profundidad para afrontar un tema tan sensible.
El articulista Dominic Lawson, en el mismo diario, critica la decisión, recordando que el apoyo de la Iglesia católica a AI no ha sido simplemente un apoyo financiero, a través de colectas a lo largo del globo. El vínculo ha sido también políticamente inestimable, ya que en muchos países con regímenes represivos ha ofrecido "un refugio a los disidentes y un poder social con el que los gobernantes han tenido que contar".
"La vida humana es sagrada e inviolable y es absolutamente inaceptable el aborto procurado. La vida del hombre no sólo no debe ser suprimida, sino que debe ser protegida", afirmó Juan Pablo II.
Clemente Ferrer Roselló
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