Una suscriptora causa baja en Hispanidad
Siempre es duro que una suscriptora de Hispanidad se dé de baja. En este caso, además, la culpa es mía, porque le estoy haciendo "un flaco favor a España" con mis críticas al Partido Popular. Hombre, estoy motivado para ello, dado que –por eso firmo como firmo esta especie de diario electoral- soy un competidor directo de Manuel Pizarro, con número dos en las listas por Madrid al Congreso de los diputados por la formación Familia y Vida. Sé que mi amigo Pizarro está temblando por ello, pero qué le vamos a hacer, la política es dura, Manolo.
Nuestra anónima comunicante considera:
1. Que si yo critico al PP le estoy haciendo un flaco favor a España.
2. Que ponerle peros al PP es desear que ZP se mantenga en el poder.
Hombre, uno comprende que Mister Bean saque de quicio al santo Job. Insisto en que estamos ante un personaje poco capaz (aunque astuto), resentido (aunque lo oculta tras una sonrisa eléctrica), siniestro (un mentiroso que se cree sus propias mentiras, lo que le resulta muy rentable políticamente), déspota (lo que le lleva a aportar de sí a todo aquel que ose contradecirle, y que, naturalmente, es tildado de ultra), apegado al poder (buena prueba de ello es que se niega a poner límite a su estancia en Moncloa, como hizo Aznar)... Un personaje, en resumen, para olvidar, un desastre para España.
Ahora bien, si ZP cae –y yo brindaré el día en que eso ocurra- y el Partido Popular de Rajoy sube al poder, puede estar segura mi ex-suscriptora de Hispanidad que no por ello se producirá la necesaria regeneración de España. Sucederá como sucedió con el centro-reformista Aznar: más de lo mismo que tuvimos hasta el 96 con Felipe González, aunque, eso sí, con el efecto multiplicador que provocan las majaderías de Mister Bean, más insensato que Felipe González. Rajoy no cambiará nada porque Rajoy es un frívolo. Y cuando digo frívolo no significa que le guste la juerga (eso sería formidable) sino que no cree en nada... al igual que toda la cúpula del PP.
Digo más, aunque ya lo he dicho en otras ocasiones. Si el PP pierde por la mínima, no haremos otra cosa que prolongar la agonía. Lo que yo deseo es que el PP se hunda, como la UCD en 1982. Entonces la regeneración de España sí será posible.
¡Cuán largo me lo fiáis!, me suelen decir cuando planteo esta cuestión. No lo creo, porque -es una pregunta que brindo a mi ex suscriptora-, si eso ocurriera, si el PP se hundiera e incluso desapareciera como fuerza política, ¿votaría usted al PSOE? ¿A que no? Pues en la misma situación se encuentran pongamos el 99% de los votantes del PP, mienta que muchos de ellos, diría que más de la mitad, votan al Rajoy tapándose la nariz.
El voto en valores no consiste en echar a ZP: consiste en votar por partidos que sí crean en esos valores. En Hispanidad no admitimos otra publicidad (gratuita, que conste) que la de los cuatro partidos que respetan los principios no-negociables que enunciara Benedicto XVI para la presencia de los cristianos en política. Por eso no admitimos a formaciones como Ciudadanos o UPyD, de Rosa Díez. Nuestro objetivo no es echar a ZP (¡aunque disfrutaríamos tanto!) sino la mencionada regeneración de España, eso que antes llamaban bien común.
En resumen, que mis críticas al PP sólo tienen un motivo: ser coherente. Porque llevamos ya lustros de mal menor y ahora pagamos las consecuencias.
Eulogio López
Candidato por Familia y Vida al Congreso de los Diputados