Punto 1706 del Diario de la Divina Misericordia. "Hoy, durante las vísperas, el Señor me hizo saber cuánto le agrada el corazón puro y libre. Sentí que es una delicia para Dios mirar tal corazón. Pero tales corazones son corazones de guerreros, su vida es una continua batalla".

Para los fieles más sencillos, es decir, los realmente importantes, es decir, los más sabios y profundos, la Divina Misericordia de la polaca Faustina Kowalska no consiste sino en vivir la virtud más antigua de todas: la confianza en Dios. Todas las revelaciones a esta mujer tan extraordinaria como humilde, que diseccionó como nadie, no la naturaleza, sino, lo que es más importante, la conciencia humana, se condensan en ese abandono en las manos de Dios que constituye la constante de la Iglesia a través de 2.000 años, lo propio del Nuevo Testamento y de la historia entera: confianza en el Creador.

Pero, como digo, los 'confiados' son gente práctica. Por eso, aunque el Diario de Santa Faustina constituye toda una enciclopedia del hombre, ellos prefieren dedicarse a rezar la Coronilla, vivir la hora de la misericordia (15,00 horas), saludar a la imagen de los dos rayos, de sangre y agua, o rezar la Novena, desde el Viernes Santo hasta el sábado víspera del domingo de la Misericordia.

También se dedican a ganar la indulgencia plenaria -plenaria de verdad, de culpa y de pena, lo más parecido a un segundo bautismo- que se otorga a quien, ese domingo, cumpla las condiciones habituales: confesar, comulgar, rezar un Credo (esto es, renovar la fe en los dogmas católicos) y rezar por el Vicario de Cristo en la Tierra. Un volver a empezar al alcance de cualquiera el próximo domingo 7, gracias a la Festividad, la única en todo el siglo XX, instituida por Juan Pablo II precisamente el último año de la centuria: el 2000.

Por lo demás, la Divina Misericordia adquiere este año 2013 un significado especial. Son muchos los que pensamos que la olla de la corrupción -es decir, del pecado- no aguantará mucho más sin estallar: está demasiado llena. Los confiados van obteniendo prórrogas de la misericordia de Cristo pero en algún momento las prórrogas, como en los partidos de la Champions, no darán más de sí. Y ese momento la santa Kowalska lo considera próximo. Escuchen el punto 1722: "Si no me atarás mis manos enviaría muchos castigos sobre la tierra. Hija mía, tu mirada desarma mi ira. Me llama con tal fuerza que todo el Cielo se estremece. No puedo rehuir tu súplica porque no me persigues a muchas distancia sino en tu propio corazón".

La pregunta es: ¿con cuántas faustinas contamos para mantenernos en la era de la misericordia y que no llegue la de la justicia Pues eso.

Eulogio López

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