Según la Oficina del Censo de Estados Unidos, 46,2 millones de norteamericanos viven por debajo del umbral de la pobreza. Esta cifra representa el 15,1 de la población total.
Unos 15 millones de indigentes, según la Alianza Global Anti Incineradoras, se ganan la vida mendigando en los vertederos. La mayoría se agrupan en los grandes estercoleros que han brotado en los terruños en vía de desarrollo de Asia, Hispanoamérica y África. Con frecuencia conviven el lujo y la indigencia.
Viven en la pobreza más absoluta y existen gracias a lo que desechan los más opulentos. Así ocurre en el vertedero de Belgachia en Calcuta. A las afueras de esta urbe anárquica de 16 millones de habitantes, se ha constituido un auténtico pueblo de 5.000 habitantes, alrededor de una monumental montaña de bazofia.
Unas 150 carretas repletas de residuos suben, diariamente, por la repecho de la colina. Al final del camino vacían su hedionda carga. Arrimar el hombro desde las seis de la mañana hasta las ocho de la tarde. Cinco chiquillas de unos 13 años separan los desechos. Así viven los pobres de entre los más pobres. Cientos de seres humanos precisan la basura que otros tiran para sobrevivir.
Son las cinco y media de la tarde en el basurero de Ceamse en la localidad de José León Suárez en Argentina. Se buscan los comestibles que las grandes superficies descartan, son alimentos vencidos, prescritos y, en ocasiones, hediondos. Antes saquea la policía lo mejor de lo desahuciado.
El hedor es repugnante pero los indigentes no se percatan. También los roedores siguen su instinto y afilan sus colmillos ante el formidable banquete. Los desdichados se alegran porque han descubierto una pieza apetitosa que comparten y mastican con las manos mugrientes. A un adolescente de 15 años se lo engulló la montaña de basura, entre toneladas de desperdicios. La escritora argentina Alicia Dujovne le dedica su último libro "¿Quién mató a Diego Duarte?". Éstos son los nuevos esclavos de la miseria.
La comunidad internacional afirma que: "La violencia contra la vida de millones de seres humanos, especialmente niños, forzados a la miseria y al hambre, es debido a una inicua distribución de las riquezas entre los pueblos".
Por otra parte, Agustín de Hipona asevera que "lo que sobra a los ricos es patrimonio de los pobres".
Clemente Ferrer
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