No vamos a dejar de reconocer que la papeleta que tenían ante sí la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, el pasado miércoles no era fácil: tenían que anunciar y justificar los peores datos de paro y destrucción de empleo de toda la serie histórica. Unos datos que superan con creces en velocidad y crudeza al peor momento de la crisis de 2008. Ahora han sido 300.000 parados y una destrucción de empleos que roza los 900.000 puestos de trabajo por el impacto de la crisis del coronavirus y la gestión del estado de alarma del Gobierno.

Y hay que decir también que lo único que ha salvado a Díaz de dar explicaciones sobre estas cifras tan negativos ha sido el lío que ella misma ha protagonizado respecto a los datos de afectados por los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) en este último mes.

Las empresas presentan un ERTE porque esperan poder volver a la normalidad  y porque, mientras dura el ERTE, no tienen que pagar nada por esos trabajadores: ni sueldos, ni Seguridad Social

Un pisto de datos, que diría un castizo. Los periodistas hemos perdido la cuenta de la cantidad de veces que ha tenido que aclarar los datos ofrecidos por el Ministerio y que son los siguientes, más o menos, y ninguno de ellos ‘se corresponde con la realidad’:

  • Número de empresas acogidas a ERTE: 246.335. Díaz ha tenido que precisar que es una cifra que "no responde a la realidad" porque "hay comunidades autónomas que no están colaborando con el Gobierno en la transmisión de los datos de estos expedientes".
  • Número de trabajadores afectados por ERTE: 620.000. También ha precisado que no corresponden a la realidad, porque "hay comunidades autónomas que no están colaborando". 
  • Asimismo, ha dicho que desde los servicios de empleo estatales han recibido 9.677 expedientes pero, por sus competencias, solo ha podido tramitar 5.522, el restante, 4.140, han sido devuelto a las comunidades autónomas para que estas los tramiten.

Resultaba evidente que esos datos no ‘se correspondían con la realidad’ detectada por los agentes sociales, que en los últimos días han elevado públicamente ese perímetro de afectados a un entorno de entre dos y tres millones.

Así que, la ministra después de divagar sobre los datos de los que era imposible discernir una cifra aproximada de los afectados, insistió varias veces, y en lo que tiene razón, es en que los ERTE no son paro. Todos estos miles y miles de expedientes de regulación temporal de empleo que se han presentado en las dos últimas semanas no suman en la lista de desempleados. Los trabajadores afectados volverán a sus puestos de trabajo cuanto termine el estado de alarma. Además, La cotización a la Seguridad Social es otro de los puntos que más preguntas suscita al respecto. 

En casos de suspensión o reducción de jornada, la empresa continúa obligada a ingresar el 100% de la aportación empresarial de cotización a la Seguridad Social. En otras palabras, el trabajador no se ve perjudicado.

Resulta evidente que los datos facilitados por la ministra no se corresponden con la realidad detectada por los agentes sociales, que elevan el número de afectados a un entorno de entre dos y tres millones

Según el Estatuto de los Trabajadores, el trabajador sigue cotizando igual que antes de que entrase en esta situación, aunque su salario sí que se verá perjudicado. 

Vamos a aclarar algunos puntos.

Que se hayan podido tramitar, y por lo tanto, conceder la correspondiente prestación, hay 620.000 trabajadores a los que su empresa les ha mandado al ERTE. Es decir, a estas 620.000 personas el SEPE les pagará en los próximos días. Cobrarán como si estuvieran en el paro, pero sin estarlo. 

Sin embargo, hay muchos ERTE que están sin resolver todavía, así que no todos los trabajadores que ahora están en su casa podrán cobrar este mes de abril.

El número de ERTE presentados y tramitados tampoco se conoce. No se sabe porque, según la ministra de Trabajo, hay Comunidades Autónomas que no facilitan sus cifras.

Cuando una empresa presenta un ERTE son las autoridades laborales de cada comunidad las que lo tienen que tramitar.

El Gobierno dice que tiene una cifra parcial de las comunidades que sí le han facilitado los datos: rondan los 250.000, que no son globales

Hay que precisar que en los 3,5 millones de parados a cierre de marzo no están los 620.000 trabajadores afectados por los ERTE porque como hemos explicado no son paro.

Cuando acabe el ERTE y cada uno vuelva a su puesto de trabajo ¿podrán ser despedidos? Pues no, tampoco. La condición para que las empresas se puedan acoger al ERTE es que tienen que mantener los puestos de trabajo durante 6 meses.

Un reciente informe de Fedea calcula que el coronavirus destruirá 1,2 millones de empleos ya que algunos sectores, como el turístico, no volverán a la normalidad tan fácilmente

Las empresas presentan un ERTE porque esperan poder volver a la normalidad y retomar su actividad. Y porque mientras dura el ERTE no tienen que pagar nada por esos trabajadores: ni sueldos ni seguridad social. Todo eso lo abona el Estados. Es un alivio de la carga importante.  

No obstante, hay algunos economistas que dicen que pasado ese medio año, sí habrá despidos. Algunos sectores, como el turístico, no volverán a la normalidad tan fácilmente. Un reciente informe de Fedea calcula que el coronavirus destruirá 1,2 millones de empleos.