Como solo hablamos de las negociaciones PSOE y ERC, mañana, tarde y noche, ..y parece que nos hemos olvidado de que el futuro Gobierno va a ser una coalición de socialistas y comunistas ‘unipodemitas’, con lo que eso supone, no está de más que recordemos que, en materia económica, Nadia Calviño será el contrapeso de Pablo Iglesias en el Consejo de Ministros. Y para que eso suceda y el Gobierno no salte por los aires, ambos están obligados a entenderse. Por mal camino iría este novedoso modelo progresista de coalición, si la ministra y el líder de la formación morada fueran incapaces de convivir bajo una misma fórmula de gobierno, a pesar de que existen importantes diferencias ideológicas. Ella representa la ortodoxia comunitaria, (aunque a veces no lo parezca), justo lo contrario que Iglesias, cuyo programa busca revolucionar el sector público, ‘pasando de las sugerencias’ de Bruselas, “como canalizador de la inversión y redistribución social”, según sus propias y rimbombantes palabras.

En una de sus últimas entrevistas antes de las elecciones, concedida a la Cadena SER, Iglesias aseguraba que “el modelo de Calviño como vicepresidenta solo era viable con una coalición blanda con el PP". “En un acuerdo con nosotros creo que tendría protagonismo otra gente que se sitúa más a la izquierda”.

Está por ver cómo esquiva Nadia Calviño el ímpetu de Pablo Iglesias por acabar con las Sicav, las Socimi y gravar todavía más los fondos de pensiones

Pero entrando en materia y empezando por lo más reciente, la primer en la frente para Pablo Iglesias porque, la ministra de Economía en funciones se ha mostrado partidaria de introducir la llamada mochila austriaca. Esta propuesta, planteada también por el Partido Popular y Ciudadanos, consiste en que el empleado recibe una aportación anual de la empresa en un fondo de capitalización que va acumulando durante su vida laboral. Este ahorro se emplea en caso de despido, para financiar parte de la indemnización, y abre también una fórmula de acumulación de capital que puede complementar la futura pensión de jubilación del trabajador.

Antes de las últimas elecciones, el gobierno del PSOE informó a la Comisión Europea que tenía previsto "implantar gradualmente un sistema de cuentas individuales de capitalización para la movilidad a través de la creación de un fondo que permita a los trabajadores hacer efectivo el abono de las cantidades acumuladas a su favor en los supuestos de despido improcedente, de movilidad geográfica, para el desarrollo de actividades de formación o en el momento de su jubilación". Podemos reaccionó de inmediato y acuso a los socialistas de pretender "engañar" a los trabajadores. "el PSOE quiere el despido le salga gratis a las empresas…cuidando a los de arriba y desprotegiendo a los de abajo". En concreto, Pablo Iglesias aseguraba en uno de sus mítines, y antes del 10N, que “si una parte del salario del trabajador se dedica a esa mochila austriaca que después financia la indemnización por despido, lo pinten y lo dibujen ustedes como quieran, esto es que el trabajador paga su despido”.

Reforma laboral

El PSOE criticó reiteradamente la reforma laboral e incluso se comprometió a derogarla pero, tras llegar al poder en 2018, optó por plantear otro tipo de ‘retoques’. Los socialistas hablan de planes contra el fraude laboral, de aprobar un nuevo Estatuto de los Trabajadores, subir el salario mínimo, limitar la subcontratación...etc. Sin embargo, ya no ponen encima de la mesa la liquidación total de la reforma de 2012. Podemos sigue pidiendo de forma recurrente la derogación de la norma diseñada por Fátima Báñez y, además, propone que desaparezcan, incluso, los cambios laborales introducidos en 2010 por el gobierno del socialista Rodríguez Zapatero. De hecho, ha defendido en varias ocasiones que solo su entrada en el gobierno garantiza la marcha atrás de estas normas.

Para Podemos es de urgencia poner un impuesto a las grandes fortunas mientras  desde el Partido Socialista no ven clara esa medida y abogan por mejorar la progresividad de los distintos tramos del IRPF

Sin embargo, la ministra de Economía asegura que hay que mirar hacia el futuro y no echar la vista atrás. Calviño apunta que hay que centrar las energías en que haya un nuevo estatuto de los trabajadores y sostiene que quizá se pueda plantear derogar los aspectos más lesivos de la reforma. "Es poco productivo estar constantemente discutiendo sobre deshacer reformas, revertir reformas, o reformar la reforma en ámbitos que requieren una visión de cara al futuro". Nadia Calviño es consciente de que ni las autoridades europeas ni la comunidad empresarial e inversora verían con buenos ojos la derogación de la reforma estrella del PP, pero Pablo Iglesias no parece tener mucha preocupación por estas cuestiones y ha insistido tanto en este punto que la tensión parece asegurada.

Pensiones

Sobre pensiones, Nadia Calviño discrepa incluso de alguno de los planteamientos del PSOE que, junto con otras fuerzas políticas, a las que se suman los agentes sociales, piden que se blinden en la Constitución la sostenibilidad y suficiencia del sistema público de pensiones, actualizándolas conforme el IPC real y aumentando el poder de las mínimas y las no contributivas.

La ministra defiende que las pensiones no debe ligarse exclusivamente a la evolución de la inflación, e insta a contemplar otros parámetros como la evolución demográfica, la del empleo o los salarios, por ejemplo. Esto choca con el principio de acuerdo alcanzado entre el Gobierno y Podemos que busca garantizar que el sistema no pierden poder adquisitivo indexándolo a los precios.

Calviño ve necesario analizar la sostenibilidad del sistema teniendo en cuenta “toda una serie de variables” como el número de años de cotización y las características y la tasa de reposición de las pensiones mientras la portavoz parlamentaria del partido morado, Irene Montero, citó, en una de sus intervenciones, como uno de los principales objetivos de la formación rebajar la edad de jubilación. Se trata de una propuesta difícil de asumir no solo por Calviño sino también por el PSOE, cuyo compromiso con las pensiones está marcado por la garantía de que el sistema será sostenible.

PSOE y Podemos pactaron dar competencias a los ayuntamientos para limitar los precios de los alquileres en zonas especialmente afectadas por la burbuja. Pero los desencuentros por esta cuestión no tardaron en aparecer

Alquileres

Y sobre la polémica regulación de los alquileres, PSOE y Unidas Podemos pactaron en su proyecto de Presupuestos para 2019 dar competencias a los ayuntamientos para limitar los precios de los alquileres en zonas especialmente afectadas por la burbuja. Pero los desencuentros por esta cuestión no tardaron en aparecer. El Ejecutivo dio marcha atrás, escuchando las indicaciones de Calviño, y terminó por no aprobar este control de precios. Curiosamente, en su programa electoral con el que se presentó a las elecciones pasadas, el PSOE no hacía ninguna referencia a este asunto, mientras que en el de Unidas Podemos se insistía, con especial vehemencia, en esta propuesta.

Con los PGE y los impuestos como telón de fondo

Se excusaba Calviño al decir. “La carta que hemos recibido de Bruselas era la que teníamos que esperar, la previsible, porque España ha tenido que presentar un proyecto presupuestario que se llama 'a políticas constantes', ya que todavía no tenemos Presupuestos del Estado para el año 2020". Bruselas, tras estudiar el Plan Presupuestario remitido por el Ejecutivo señalaba que el gasto primario cuadruplica los márgenes establecidos, es decir, que se situaba en el 3,8% frente al 0,9% recomendado.

Y es por ahí por donde van a producirse nuevas fricciones. En 2018, el partido de Pablo Iglesias planteó elevar el gasto en 24.500 millones. De modo que, en clave presupuestaria, la ortodoxia de Calviño plantearía una oposición frontal a esta pretensión. Sin embargo, no debemos de olvidar que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias alcanzaron un acuerdo para suscribir el proyecto de Presupuestos Generales para 2019

Parece, por tanto, que una de los grandes de batallas estará en cómo entender la forma de gravar a los más ricos. Para Podemos es de urgencia poner un impuesto a las grandes fortunas que “gravará con un 2 % los patrimonios de más de un millón de euros, con un 2,5 % los patrimonios de más de 10 millones de euros, con un 3 % los patrimonios superiores a los 50 millones y con un 3,5 % los patrimonios de más de 100 millones de euros”. 

Sobre pensiones, Nadia Calviño discrepa incluso de alguno de los planteamientos del PSOE que, junto con otras fuerzas políticas, pide que se blinden en la Constitución la sostenibilidad del sistema

Desde el Partido Socialista no ven clara esa medida y abogan por mejorar la progresividad de los distintos tramos del IRPF. De hecho, en el borrador de presupuestos de 2019 se elevaban dos puntos el IRPF para rentas desde 130.000 euros y cuatro para los de más de 300.000 euros. El tipo máximo se situaba en el 45%. Algo que, por cierto, sí aceptó en un primer momento Podemos para dar el visto bueno a las cuentas, aunque abogue por un máximo del 55%. 

Respecto al impuesto de sociedades, el PSOE abogaba por un mínimo para las grandes compañías del 15%, mientras que el equipo de Pablo Iglesias propone aumentar ese mínimo hasta el 20% para los bancos y crear una imposición especial para aquellas compañías que sean más contaminantes. 

La banca

Desde Podemos también insisten en que es necesario imponer a los bancos una tasa especial para devolver el rescate a la banca; implantar una imposición para las compañías que no paguen un tipo mínimo del 15% en el exterior. 

Está por ver cómo esquiva Calviño el ímpetu de los morados por acabar con las Sicav, las Socimi y gravar todavía más los fondos de pensiones.