Vuelve a números rojos en el primer semestre (1.195 millones de euros) y aumenta su plan de ahorro en costes de 900 a 1.200 millones.
Nokia ha perdido 1.195 millones de euros netos en el primer semestre, que contrastan con el beneficio de 505 millones en igual periodo de 2015. O lo que es lo mismo: no sale del pozo en el que entró tras la venta a Microsoft, en 2014, de su deficitaria división de teléfonos móviles. Ingresó por ello 5.440 millones pero no han servido para mucho. Pero todo hay que decirlo: vendió esa división porque dejó que perdiera fuelle su producto estrella cuando aparecieron los smartphones.
A las pérdidas semestrales se suma la ampliación en el plan de ahorro de costes en busca de la rentabilidad. Pasa de 900 a 1.200 millones.
Nokia quiere seguir centrada en la venta de redes y equipos de telecomunicaciones para plantar cara a su rival sueca Ericson. Es la razón por la que está digiriendo todavía la integración de Alcatel-Lucent. Controla ya un 95% y espera llegar al 100% a finales de octubre.
El incrementado un 93% su negocio de redes, frente al 57% en banda ancha, y todo ello le ha permitido aumentar sus ventas un 89,3%, hasta 11.082 millones.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com
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