La deuda neta de España, que no sólo del Estado o de las Administraciones Públicas españolas, o mejor dicho de los residentes en España, asciende, según el último dato publicado por el Banco de España (tercer trimestre de 2018) el pasado martes 15, a 958 miles de millones de euros. Casi un billón de euros. Hablo de deuda, es decir, la diferencia entre lo que debemos y lo que nos deben. Lo digo por si alguno recuerda que sólo el sector público español, a igual fecha, debe 1.176 miles de millones de euros. Más de un billón. Pero eso es deuda bruta y hay que restarle, también en el caso del sector público, los activos financieros frente a otros para calcular la neta. La deuda neta de España nos dice lo que nos quedaría por pagar al resto del mundo una vez liquidado lo que el resto del mundo nos debe y aplicada la liquidación a pagar lo que debemos.

¿Y por qué nos hemos fijado en este dato en esta sección? Pues porque la evolución de la misma por los sectores que componen la economía nacional nos revela mucho del comportamiento de nuestros compatriotas y de nuestro sector público.

Mientras, el sector privado ha reducido su deuda neta en un 99%

Nuestra deuda neta ha caído en 41 mil millones de euros desde finales de 2010, pero lo que es más relevante, ha caído en 159 mil millones de euros desde el segundo trimestre de 2017, cuando alcanzó máximos. ¡Una gran noticia! No cabe duda. Sin embargo, en el sector público la deuda neta ha crecido desde los 424 mil millones de euros al cierre de 2010, a los 941 mil millones al cierre del segundo trimestre de 2017 (+527 mil millones de euros) o a los 953 millones al del tercer trimestre de 2018 (+539 mil millones de euros). Así que, si a pesar de que nuestras Administraciones públicas han hecho crecer su deuda neta en un 125% desde el cierre de 2010 hasta el tercer trimestre de 2018, mientras que el conjunto de España “sólo” lo ha hecho en un 4,5% en igual periodo, es que las familias y las empresas se han tenido que contener mucho y así ha sido. El sector privado ha reducido su deuda neta desde 493 mil millones de euros a 5 mil millones de euros, igualmente desde diciembre de 2010 a septiembre de 2018, o lo que es lo mismo en un 99%.

Las empresas y familias saldan sus deudas mientras las Administraciones públicas deben dinero al resto del mundo

Más sencillo: nuestras empresas y nuestras familias prácticamente han saldado, en términos netos, su deuda exterior, pero nuestras Administraciones Públicas y nuestra banca, como luego veremos, se han endeudado con el resto del mundo en lo saldado y un poco más. Como el sector público somos todos, nuestros esfuerzos individuales, fruto de nuestras decisiones individuales, no han servido para nada porque la decisión política no ha hecho ningún esfuerzo, sino todo lo contrario, y al final, vía impuestos, tendremos que pagar esa deuda neta pública. Más notable ha sido aún, dentro del sector privado, el esfuerzo de las familias que desde 2010 y hasta septiembre de 2018, han aumentado sus activos netos (lo contrario de la deuda neta porque tienen más que deben) en 594 mil millones de euros que, junto con los 91 mil millones de euros que han ahorrado las empresas no financieras, han servido para casi financiar a las Administraciones públicas (+539 mil millones de euros de endeudamiento neto) y a nuestras instituciones financieras (+200 mil millones de euros), casi sin acudir al ahorro exterior.

Está claro que la extraña pareja está socavando no la economía, sino la moral de nuestras familias y empresas.