Quinta entrega cinematográfica de esos seres bajitos, amarillos y amantes de las broncas que son los Minions. Ahora para conocer cómo se gestó la naturaleza de su jefe, Gru, el mayor supervillano del mundo y como conoció a sus emblemáticos ayudantes. O, lo que es lo mismo, la historia de un chico solitario de 12 años, que encuentra a sus verdaderos amigos en Kevin, Sruart, Bob, Otto y toda su “peña” y como todos ellos empiezan a enfrentarse a un peligroso supergrupo de malvados conocido como Los Salvajes 6, una pandilla a la que en un principio Gru admiraba y quería pertenecer.

Florentino Fernández (Flo) Mónica Naranjo y el influencer Pablo G. Show son algunos de los dobladores en la versión en castellano de este film animado que cumple lo que promete: diversión, humor y, fundamentalmente, escenas de acción plagadas de slapstick (payasadas) que encandilarán a los menores de la casa. Argumentalmente no aporta novedades y se desaprovecha la ocasión de ser imaginativos en el origen de los Minions pero en cualquier caso funciona.

MINIONS: EL ORIGEN DE GRU está producida por el fundador y director general de Illumination Chris Meledandri, que ha cedido los trastos de director a Kyle Balda. Una de las sorpresas en la versión original es que la veterana Julie Andrews pone voz a la egocéntrica madre de Gru. Sin embargo uno de los personajes con más personalidad de esta ficción es la Maestra Chow que una acupunturista con un dominio absoluto del kung fu que intentará adiestrar a un grupo de Minions en las artes marciales cuando se le ponen las cosas “feas” a Gru.

Entre los Salvajes 6 hay una amalgama de todo, Donna Disco, con un cinturón que es un arma letal, Pierre Pinza, armado con una garra robótica gigantes, el capitán de patinaje Svenganza, Puñacos, cuyo nombre lo dice todo, Wild Nudillos, todo un luchador y finalmente la nota discordante e innecesaria Sor-chaku, una monja que lleva además de una cruz oculta, debajo de su hábito, armas mortíferas. Al parecer los estudios Illumination también caen en la tentación de hacerse los “graciosillos” con cosas que no son “de comer”.

Para: los que les gusten las películas de Gru y compañía.