En plena pospandemia de COVID-19, en el año 2021, una imagen de María Inmaculada recorrió 10.800 kilómetros durante seis meses a lo largo de gran parte de nuestro país. En ese trayecto miles de personas acompañaron a la Virgen.

Goya Producciones, una de la pocas empresas audiovisuales  católicas que existen en España, sigue haciendo apostolado a través de sus películas. En este caso en un largometraje hibrido que mezcla ficción con documental. Curiosamente, la parte digamos “interpretada” es innecesaria totalmente en este producto, a pesar de haber estado dirigida por ese excelente director de cine religioso que es Pablo Moreno ( Un  Dios prohibido. Poveda, Claret, Red de Libertad etc…). Y la razón es sencilla: las imágenes que se filmaron de esa peregrinación por nuestro país, todas las vivencias y los testimonios de esos hombres y mujeres a quienes ese acercamiento de esa imagen de la  Inmaculada hizo tanto bien son, en algunos momentos, muy emotivos y tienen “fuerza”. Personas que rezan por motivos diversos y que encontraron una forma más de reavivar su fe.

La película, que también refleja la visita a algunos monasterios que hay salpicados por la geografía española, también recuerda la labor impagable  de tantos religiosos y religiosas que elevan sus oraciones por los actuales problemas del mundo, que son muchos en esta época de tribulación.

Para: los que crean que rezar mueve montañas.