Escrita y dirigida por Casey Affleck (sí, hermano del famoso Ben Affleck), esta historia parece inspirada en La carretera, la novela de Cormac McCarthy también llevada al cine e interpretada por Viggo Mortensen. El escenario de la acción es un mundo donde prácticamente la totalidad de las mujeres han muerto debido a una misteriosa plaga, de ahí que un padre y su pequeña hija, disfrazada de muchacho, viajen de incógnito de un lado a otro del país intentando encontrar un lugar seguro.

El amor es lo que mueve esta historia de supervivencia, del padre por la hija para protegerla y de la hija por el padre, al que admira y adora por su exquisito cuidado. Al fondo, la transformación del ser humano en bestia cuando sus apetitos le hacen olvidar el buen raciocinio.

Especialmente cuidada en sus diálogos, algunos como el de la primera secuencia son innecesariamente largos, el relato contiene momentos llenos de sensibilidad y otros de dureza, aunque afortunadamente Affleck ha optado, como ocurría en el cine clásico, por no mostrar explícitamente momentos sórdidos y sugerir al espectador algunas terribles situaciones que se han podido producir.

No llegan demasiadas películas a la gran pantalla de ciencia ficción pero, como ocurre con La Luz de mi vida, muchas tienen como ésta cierto contenido apocalíptico. ¿Por qué será?

Para: aficionados al género de la ciencia ficción que quieran ver propuestas interesantes.