• En enero compró la británica Encirc por 408 millones de euros.
  • De momento, en 2014, las ventas de la compañía española cayeron un 1%, el Ebit descendió un 3,9% y el beneficio bruto, un 1,9%.
  • Y eso a pesar de que la demanda de vidrio ha comenzado a recuperarse.
  • La familia Delclaux confía el futuro del grupo a los mercados europeos.
  • El presidente, Carlos Delclaux, ganó 413.000 euros, 7.000 euros más que en 2013.

Crecer o crecer. No hay más opciones para la compañía alavesa Vidrala, controlada por la familia Delclaux. Con esa intención, el grupo cerró la compra de la británica Encirc en enero de este año. Sin duda, una de las operaciones más importantes de la compañía, tanto por su cuantía -408,6 millones de euros- como por su trascendencia, al permitir al grupo vasco entrar en Reino Unido e Irlanda por la puerta grande. Tras la compra  de Encirc, Vidrala ha aumentado su tamaño en un 50%.

Pero eso se reflejará en los resultados de este ejercicio. De momento, el presidente de Vidrala, Carlos Delclaux (en la imagen) tendrá que contentarse con los de 2014, remitidos este viernes a la CNMV. Y no son como para tirar cohetes. El beneficio se redujo un 1,3%, hasta los 51,6 millones de euros, las ventas hicieron lo propio, un 1%, el resultados bruto de explotación (Ebit), cayó un 3,9% y el beneficio bruto se redujo un 1,9%, hasta los 66,2 millones de euros.

Y eso a pesar de que la demanda de vidrio para el envasado de productos de alimentación y bebidas ha comenzado a recuperarse, según la propia compañía. Por cierto, D. Carlos ganó un total de 413.000 euros en 2014, es decir, 7.000 euros más que en 2013.

Este año será distinto para Vidrala. La cuenta de resultados de 2015 "mostrarán el impulso emprendido en el tamaño del negocio de Vidrala hacia una nueva dimensión internacional, con presencia relevante en mercados de demostrado valor estratégico y geográficamente complementarios, que posicionan al grupo en las mejores condiciones de captar el esperado ciclo de recuperación económica", señala la compañía.

Pablo Ferrer

pablo@hispanidad.com