El Gobierno hindú calumnia a las Misioneras de la Caridad y los medios compramos esa mercancía
Una de las tendencias más miserables de nuestro siglo XXI es la obsesión por desacralizar lo sagrado.
Y así, la prensa progre intenta sacarle amantes a Santa Teresa de Jesús o dar pábulo al Gobierno indio -controlado por hindúes panteísta, sin duda el peor enemigo del cristianismo- que se dedica a inspeccionar a las Misioneras de la Caridad, la orden creada por Santa Teresa de Calcuta, por la venta de bebés.
Oiga y lo titulan así y entonces piensas que a lo mejor tienen razón, que a lo mejor a la buena de la madre Teresa le ha salido alguna hermana rarita, si a Cristo le salió un Judas entre doce…
Los miserables panteístas indios (e hindúes) persiguen a la santa de los pobres que tanto ayudó a su país
Pero no. Piensa mal y te quedarás corto. Lo que ocurre es que, casualmente, el Gobierno hindú hizo una norma según la cual toda institución que se dedicara a ayudar a niños y les buscara una familia se tenía que encontrar dentro del circuito siniestro del Estado, que ordena ofrecer hijos a solteras, divorciadas, recasados, etc.
Y resulta que las calcutas no están dispuestas porque, al igual que Rodríguez Ibarra, busca parejas para los niños y no niños para las parejas. Y entonces súrge el conflicto. Yo Estado indio, uno de los estados más cabrones del mundo, voy a perseguirte porque no aceptas mi ideología alienante, voy a destrozar tu imagen, las Calcutas son admiradas por muchos ateos en el mundo pero yo voy a conseguir, con el prestigio que otorga las persecución judicial y/o mediática, el “calumnia que algo queda, que seas sospechosa de dedicarte a la venta de niños.
Y no menos miserables somos los medios informativos que les compramos la mercancía, en nombre de la objetividad periodística
¡Hay que ser miserable! Pero no menos miserable que los medios informativos que les compramos la mercancía, en nombre de la objetividad periodística.
Se trata de desacralizar. Sobre todo con la calumnia.