- Damasco cuestiona la pasividad turca tras admitir que Boumeddiene, la mujer más buscada en Francia, viajó a Siria desde Ankara.
- La crítica coincide con la expresada a Hispanidad por el obispo de Mosul, Abel Nona: "Turquía no hace nada para impedir la entrada de yihadistas en Irak o Siria".
- Nona se mostraba también muy decepcionado con Ankara porque "permite que se esté comprando petróleo al Estado Islámico".
Siria ha aprovechado el reconocimiento por parte de Turquía de que la mujer más buscada de Francia,
Hayat Boumeddiene (
en la imagen) -compañera de uno de los yihadistas muertos en París-, viajó desde ese país a territorio sirio controlado por el
Estado Islámico, para elevar a categoría una de las debilidades del Gobierno turco, muy difuso en lo que le interesa respecto a la lucha contra el
yihadismo fuera de sus fronteras. La denuncia no es nueva y coincide con las críticas expresadas a
Hispanidad por el obispo católico-caldeo de Mosul,
Amel Nona, decepcionado porque Turquía "
no hace nada para impedir la entrada de yihadistas en Irak o Siria". La queja de Nona no tenía nada que ver con los atentados contra la revista satírica
Charlie Hebdo en Francia, obviamente -la entrevista fue realizada en diciembre-, pero ponía el dedo en la llaga sobre la parte de culpa que tiene Turquía para no frenar el genocidio de cristianos por EI.
El canciller turco,
Mevlut Cavusoglu, ha confirmado, efectivamente, que Boumeddiene, pareja de
Amedy Coulibaly -que fue abatido por la policía francesa tras atrincherarse y matar a cuatro personas en un supermercado judío de París-, llegó a
Turquía desde de
Madrid para pasar, seis días después, a Siria.
Las imágenes de Boumeddiene en el aeropuerto se pueden ver; están en la Red. Y Siria ha interpretado ese reconocimiento como una "confesión" del papel de
Ankara como "ruta de infiltración de terroristas extranjeros en Siria".
El Gobierno tuco ha confirmado, en concreto, que
Boumeddiene viajó a Siria el 8 de enero después de llegar a Estambul el día 2, pero ha disculpado a su país porque la supuesta islamista no aparecía en ninguna lista y, en consecuencia, no podría considerarla una
sospechosa. Pero esas razones no convencen a Siria, que acusa a Ankara de ser
cómplice con el Estado Islámico por "
la facilidad con la que los terroristas se desplazan en territorio turco". A
Damasco le da igual que el ministro de Interior turco haya asegurado que su país ha deportado a más de 1.500 extranjeros que aparecían en una
'lista negra' de 7.000 personas facilitada por los servicios de Inteligencia de otros países. No se lo cree y por eso ha pedido a la comunidad internacional que "aplique medidas efectivas para poner fin a las destructivas políticas turcas".
En cualquier caso, el papel de Turquía en el
tablero bélico de la región es objeto de críticas no sólo por parte de Siria, debido a su conflicto de intereses en la región y al difícil equilibrio que trata de mantener con los kurdos. Preguntado a este respecto por
Hispanidad, el obispo católico-caldeo de Mosul, Amel Nona, señalaba que la comunidad internacional no está teniendo en cuenta que Turquía es una "pieza clave en ese conflicto".
A juicio de Nona, "el presidente
Erdogan mira para otro lado con la entrada de combatientes fanáticos que se unen al Estado Islámico". Por eso, el obispo calificaba de "muy decepcionante" todo lo que rodea a Turquía en ese aspecto. Según el obispo caldeo -que
se desplazó a España para pedir ayuda para los cristianos perseguidos-, Turquía "permite que se esté comprando
petróleo al Estado Islámico. Eso por un lado. Por otro, hay que tener en cuenta que ese país es la vía natural para los terroristas que viajan a Siria o Irak para combatir. Es muy peligroso que Turquía no haga nada: podría detener a los
terroristas pero no lo hace. Y es muy peligroso también que la
comunidad internacional ignore este problema".
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com