- "No solo nosotros, sino también los europeos y otros países en el mundo tienen un gran interés en ver estabilidad en Libia", dijo Obama.
- Pero lo cierto es que la intervención de EEUU y la OTAN en Libia en la mal llamada Primavera Árabe sirvió precisamente para desestabilizar el país.
- En ese contexto, el 11 de septiembre de 2012 se produjo el asalto al consulado estadounidense en Bengasi (Libia).
- El episodio fue uno de los mayores fracasos en política exterior de Barack Obama y su secretaria de Estado, Hillary Clinton.
El Gobierno de los
Estados Unidos justificó los
ataques de sus fuerzas armadas contra el Estado Islámico (EI) en Libia, al considerar necesario asegurar que el grupo yihadista "no se haga fuerte" en ese país del norte de África aprovechando su inestabilidad política, informa
El Día.
Los bombardeos estadounidenses han comenzado "a petición de ese Gobierno, y después de que ellos ya hubieran hecho avances significativos contra el EI" para arrinconar al grupo yihadista en "un área muy restringida en los alrededores de Sirte", dijo el presidente
Barack Obama. "No solo nosotros, sino también los europeos y otros países en el mundo tienen un gran interés en ver estabilidad en
Libia, porque la ausencia de estabilidad ha ayudado a alimentar algunos de los retos que hemos visto, como la crisis migratoria en Europa y las tragedias humanitarias en los mares entre Libia y Europa", añadió.
Pero lo cierto es que la intervención de EEUU y
la OTAN en Libia en la mal llamada Primavera Árabe solo sirvió para
desestabilizar el país.
Desde la caída del régimen del dictador
Muamar al Gadafi en 2011, Libia está sumida en el caos y la guerra civil con hasta tres autoridades que se disputan el control del país: una en Trípoli, que la ONU considera rebelde; otra en Tobruk, que reconocen numerosos países, y una tercera, llamada Gobierno de unidad nacional, que tiene el respaldo de la ONU y la Unión Europea (UE), recuerda
Efe.
El caos ha sido aprovechado por los grupos yihadistas, y en especial, la rama libia del Estado Islámico (EI), que en apenas un año ha avanzado desde su bastión en Derna, en el oeste de Libia, hacia las ciudades de Bengasi, la segunda en importancia del país, y Sirte, en la costa.
En ese contexto, el 11 de septiembre de 2012 se produjo el
asalto al consulado estadounidense en Bengasi (Libia). Los combates provocaron la muerte de cuatro estadounidenses, entre ellas la del embajador estadounidense en el país africano, Christopher Stevens, así como la de varios soldados y funcionarios.
El episodio fue uno de los mayores fracasos en política exterior de Barack Obama y su secretaria de Estado,
Hillary Clinton.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com