Cristina Martín Jiménez, esa brillante periodista que se ha hecho célebre -y censurada por Facebook- como especialista en el Nuevo Orden Mundial (NOM), en especial a través del análisis del Grupo Bilderberg, nos convoca al Foro por la Libertad.

Martín Jiménez me recuerda la chestertoniana conminación: “Y amenazo con escribir un libro a la menor provocación”. Leeré con gusto su nuevo libro sobre la III Guerra Mundial. Al tiempo, nos anuncia su nuevo libro, La III Guerra Mundial.

El problema para encontrar el líder del NOM es que el asesino, en esta etapa fin de ciclo, no es de este mundo

Maneja las redes sociales como ya quisiera yo hacerlo y se documenta que produce envidia.

Por ejemplo, a Cristina Martín le encanta recoger vídeos, también de películas, que muestran y demuestran una idea. Verbigracia, la idea de que una de las obsesiones el Nuevo Orden Mundial (NOM) que ella plantea como una plutocracia, un conjunto de millonarios jactanciosos, consiste en reducir la población mundial al precio que sea. Y eso ya lo contó el cine hace 50 años. Otro hallazgo de doña Cristina.

A Clemente Auger se le atribuye esta genial ironía: “no lo dudes, toda calumnia es cierta”. Con las conspiraciones ocurre algo parecido: no lo duden, toda conspiración, y la actual conspiración del Nuevo Orden Mundial (NOM) lo es sin duda alguna, es cierta. Otra cosa es que los conspiradores no suelen ser transparentes. Y otra cosa, más peliaguda aún, es que en la sociedad de la información, más que conspiradores de subsuelo lo que existen son consensos a la vista de todos.

En la sociedad de la información, el que consiga imponer lo políticamente correcto podrá manipular a las mayorías y perseguir a las minorías

Dicho de otro modo: el que consiga imponer lo políticamente correcto podrá manipular a las mayorías y perseguir a las minorías.

Ahora bien, como en las novelas policíacas, lo importante en una conspiración es el asesinato, pero el lector se desilusionará si además de narrar el homicidio no identificas al asesino Y ahí querida Cristina, es donde, creo, fallas.

Por tanto, me gusta lo que dice Cristina Martín Jiménez y cómo lo dice. Ahora bien, le achacó dos carencias:

  • Habla de Nuevo Orden Mundial (NOM) sin concretar quién es el jefe del NOM.
  • Dos: prescindes de Cristo, Señor de la Historia, en tu teoría de la conspiración.

Sin esas dos premisas, todo queda en vano. Tu llamamiento a los Hijos del Cielo es formidable, una gran imagen, como todas las tuyas. Ahora bien, eso no me basta: yo quiero saber quién es el asesino.

Dicho de otra forma, Cristina, no puedes prescindir de Dios o no podrás explicar nada.

La historia del cristiano, la historia del mundo: de derrota en derrota hasta la victoria final

El problema para encontrar al líder del NOM es que el asesino, en esta etapa fin de ciclo, no es de este mundo. En mi opinión el asesino es Satán, el Príncipe de este mundo, porque sólo él puede atar tantos lazos y porque su objetivo es doble: sustituir al Dios del universo y cargarse su obra, que no es otra que ese ser anfibio de espíritu y materia llamado hombre.

Pero para estudiar ese NOM, y esa es mi frustración, se necesita algo más que la armas del periodismo de investigación. Se necesita oración. Y la oración personal es difícil de llevar a las páginas de un periódico o de un libro sin que se pervierta la intimidad creador-creatura.

Con todo leeré con atención la III Guerra Mundial que describe Cristina Martín. Porque el título es cierto. Estando en guerra espiritualmente cruenta y global… y materialmente cruenta en parte y creciendo.

Lo más importante: desde la fe, que no desde el periodismo (no se lo van a creer pero los periodistas tenemos nuestras limitaciones): la victoria es nuestra, de los “Hijos del Cielo”.

Siempre, claro está, según la proposición que resume la historia de la Cristiandad: de derrota en derrota hasta la victoria final.