- El Islam es la teología del kalashnikov; por supuesto que esto es una guerra de religión.
- Una guerra de mahometanos que asesinan a cristianos, impunemente.
- El problema de Occidente para enfrentarse al islam es su falta de identidad.
- Ejemplo: ¿quién tiene que encabezar la reacción desde Paris? François Hollande un occidental que ha abjurado de sus raíces cristianas.
- ¿Discriminar al islámico pro islámico? No discriminar al islam. Hablo, de entrada, de reciprocidad.
- Para combatir al Islam no bastan los valores de la democracia porque la democracia no tiene valores: es consecuencia de ellos.
- Si Occidente recupera sus raíces cristianas será invencible.
- Asilo. Hay que dar prioridad a los refugiados cristianos.
"Esto por Siria", aseguran que chillaba uno de los terroristas de la cadena de atentados del viernes 13, mientras asesinaba a gente en
París. Una matanza que, según el último balance, oscila entre 116 y 140 personas. Hemos creado una sociedad donde lo más fácil es el homicidio y donde las libertades públicas se revuelven contra la piedra angular de todas las libertades: el derecho a la vida, don de
Cristo.
Otra de nuestras manías actuales es la de negar la evidencia, así que conviene aclarar dos cosas:
1. La primera es que el
Islam no es ajeno a esto. Es ese credo quien induce a estos salvajes al asesinato. Decir que la cadena de atentados de París no es una guerra de religión, del Islam y de su origen semi-panteísta contra los cristianos, resulta un eslogan tan necio como falso.
Por supuesto que estamos ante una guerra de religión, de la religión mahometana, cuya teología más profunda es el
kalashnikov, contra la cristiana, un credo cuya arma primera es la palabra y que es una religión de amor. Nada más recio, fuerte y corajudo que el amor pero no conviene confundirlo con la memez.
2. Y es verdad que el
Cristianismo siempre vencerá al Islam. Pero el problema del
Occidente cristiano actual es su tendencia al suicidio. Por ejemplo, ¿quiénes deben dar la respuesta a la barbarie del viernes?
François Hollande y Manuel Valls, dos occidentales que han abjurado de su identidad cristiana. Se refugian en lo que llaman "los valores de la democracia", pero la democracia no tiene valores sino que es consecuencia de una serie de valores, para ser exactos de un valor cristiano, éste: la dignidad de la persona por ser hija de Dios. A partir de ahí se construyen las constituciones y las democracias.
Y todo esto hace pensar en dos cosas. En el muftí de El Cairo, cuando presagiaba que "dentro de cincuenta años vuestras mujeres vestirán Chilaba, porque nosotros creemos en algo y vosotros no creéis en nada". Y también cabe pensar en la misma tesis pero expresada en sentido opuesto por
San Juan Pablo II, en Santiago de Compostela: "Europa sé tu misma, recupera tus raíces cristianas". Si recuperamos nuestras raíces cristianas seremos invencibles.
¿Y los refugiados? Pues acoger a refugiados sirios cristianos no sería discriminar a los islámicos sino discriminar al Islam. Y estamos en guerra.
Los islámicos deberían emigrar hacia países islámicos y Occidente debería exigir a Arabia Saudí y compañía reciprocidad. Si permitimos que practiquen su religión en Occidente que dejen abrir iglesias en sus países. Si no, no. Eso es identidad cristiana, se practique o no se practique.
Porque sí y está bien, ¿verdad?
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com