Paradojas de la vida, el único club que en estos momentos -tarde del miércoles 21 de abril- permanece fiel a la Superliga de Florentino Pérez y el Real Madrid es el Barça de Joan Laporta. Todos los demás, incluido el Atlético de Madrid, han dado marcha atrás al proyecto anunciado en la noche del domingo 19.

Lo cierto es que la Superliga nació sin tener todos los cabos atados y bien atados. Por ejemplo, fue anunciada sin tener en cuenta la reacción de la FIFA, la UEFA y, sobre todo, de los aficionados.

Así, tras la renuncia de los seis equipos ingleses (Manchester City, Manchester United, Liverpool, Arsenal, Chelsea y Tottenham) a última hora del martes, Real Madrid, Barça, Atlético de Madrid y Juventus emitieron un comunicado en el que, lejos de dar por finiquitada la iniciativa, se comprometían a repensarla.

Sin embargo, durante la misma mañana del miércoles, Inter de Milán y AC Milan anunciaron su renuncia a seguir adelante, algo que también hicieron dos de los firmantes del último comunicado, Juventus y Atlético de Madrid. Al final, la Superliga se ha quedado en un mano a mano entre Florentino y Laporta.

La UEFA y la FIFA se han opuesto radicalmente desde el primer momento, con el argumento de que estaban priorizando el dinero sobre el deporte y la competición. Y lo dicen ellos que son, precisamente, los que han hecho del fútbol su gran negocio, con una Champions interminable y un Mundial 2022 que se va a celebrar en Catar, cuna tradicional del deporte rey.