- El primer banco helvético lo admite al publicar su resultado, que se ha duplicado hasta septiembre.
- El banco, rescatado y sistémico, gana más porque ha provisionado menos para multas o por cuestiones de regulación.
- Supera la previsión de beneficios, pero se queja del entorno complicado para su negocio, 'banca en la sombra'.
Con
UBS, principal banco suizo, se repite de algún modo la historia del mes pasado con el segundo,
Credit Suisse. Los dos ganan mucho, pero están obligados a reinventarse, fundamentalmente por las multas que tienen que encajar de cuando en vez. No es casualidad que UBS, como Credit Suisse, haya tenido que confesar, aprovechando la presentación de resultados, este martes, que también ha sido investigado en relación al escándalo de corrupción de la
FIFA, la Federación Internacional del Fútbol.
En los dos casos, el requerimiento partió de las autoridades suizas y de EEUU por la sospecha de operaciones irregulares para blanquear dinero. La Justicia americana cuantifica en 132 millones de euros la cantidad que se movió entre comisiones y sobornos en el fútbol. Las dos entidades, no obstante, aseguran su colaboración plena con los jueces.
Los beneficios de UBS son bastante mejores que los de Credit Suisse porque se adelantó en algunas decisiones que no le ha quedado otra que encajar al segundo, en horas postreras,
para no desaparecer.
UBS ha ganado el doble hasta septiembre por la misma razón que ganó un 75% más hasta junio: la superación de las
multas por prácticas bancarias irregulares. La sanción más reciente, en junio, fue del 5.600 millones de dólares por
manipulación en el mercado de divisas. Ya estaban provisionados.
El beneficio en el último trimestre ha sido de 1.900 millones, frente a los 762 millones de un año antes, y el acumulado anual, 4.800 millones de euros, en los dos casos por encima de las previsiones, a pesar de un entorno difícil para sus negocios, porque las
provisiones para sanciones han sido menores.
A eso se añade, como ha reconocido la entidad, el beneficio fiscal vinculado a la revaluación de activos fiscales diferidos.
UBS se queja, en la misma que lo hizo Credit Suisse, que su negocio se complica por las rentabilidades que exigen sus clientes, eso sí, sin asumir grandes riesgos (la cuadratura del círculo).
En los dos casos hablamos de
bancos para ricos, que se nutren fundamentalmente de la gestión de patrimonios y fortunas, que han sido su principal pilar desde que la crisis financiera los puso al borde de la quiebra. UBS, en concreto, fue rescatado con una inyección de 40.000 millones de fondos públicos.
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com